Por Martín Faciano

Luego de un prolongado distanciamiento, coincidente con el aislamiento preventivo, la dupla gobernante volvió a mostrarse junta en público. Como si se hubiera dictado una «Concilicación Obligatoria» en un conflicto político que enmaraña la gobernabilidad y amenaza la unidad del peronismo,  el gobernador Juan Manzur y el vice Osvaldo Jaldo mantuvieron una reunión en Casa de Gobierno, donde después de un mes volvieron a verse cara a cara  y a posar para la foto.

La dirigencia y el periodismo venían analizando la distancia entre el mandatario y el vicegobernador como el desarrollo de una interna. Es que además de la carencia de actividades en conjunto, hubo algunos episodios que se interpretaron como un «palo por palo», indirecto entre las máximas autoridades del Partido Justicialista Distrito Tucumán.

La última sesión legislativa, y sus perdigones, marcaron un punto de inflexión en la relación entre el binomio gubernamental.

El impulso del proyecto de Ley (sin consulta con el PE), que promovía la suspensión del cobro de las cuotas de los créditos  personales tomados por los empleados públicos, fue sin dudas el principal detonante.

La sanción del mismo, no solo tensó la cuerda entre las cúpulas del Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. También parece haber generado malestar en Jorge Brito, el poderoso y multimillonario banquero, expresidente y principal accionista del agente financiero de la provincia: el Banco Macro.

De hecho, aunque el vicegobernador haya apuntado contra dirigentes locales por «operar»  las repercusiones mediáticas que hubo en torno al uso de las «máscaras faciales solidarias» en la última sesión,  hay quienes responsabilizan al banquero Brito (por su fuerte influencia en los medios y el periodismo)  de las menciones  lapidarias que los periodistas Jorge Lanata, Eduardo Feinmann y Alejandro Fantino tuvieron para con el vicegobernador.

En la cámara parlamentaria y en el funcionariado del PE, hay dirigentes de fuste que  aseguran que el nivel de tensión e incertidumbre experimentado en este lapso no tiene precedentes.

Pese a que la foto de hoy puede tranquilizar a quienes perciben una interna juzgándola como prematura y preocupándose  por las formas de la misma, la «Conciliación Obligatoria» dictada hoy, no modifica nada para los actores que entienden que la postal de hoy no resuelve ninguna cuestión de fondo. Ahora, solo resta ver el nivel de acatamiento entre las partes

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