Foto: Alaxi Barmero

Por Facundo Arias
Abogado – Consejero Superior (MC)

A poco de la Asamblea Universitaria que definirá el próximo rector de la UNT, intentaremos recorrer algunos instrumentos teóricos que nos ayuden a entender un poco su funcionamiento institucional. Nuestra hipótesis sostiene que existen fuerzas exógenas y endógenas en el funcionamiento de este órgano que llevan a que el resultado de sus decisiones no sea una mera expresión de las preferencias de lo/as asambleístas. Es decir el nexo de causalidad entre preferencia-voluntad asamblearia y resultado electoral no es directo, ello implica un proceso de más complejo. Desde ya aclaramos que no intentamos hacer juicios de valor sobre la calidad democrática de la Asamblea, solo haremos una hipótesis de su funcionamiento. Empecemos.

La economía neoclásica explica muchas de las interacciones en el mercado a partir de ajustes entre precios, dotaciones de factores productivos y preferencias de los consumidores. Dadas las interacciones entre oferta y de demanda en cada uno de los mercados se irán determinando los precios de cada producto. El consumidor y el productor son así agentes racionales y plenamente informados que pueden saber y calcular su margen de ganancias resolviendo consciente o inconscientemente operaciones matemáticas que le arrojan cual es su camino seguir según cada escenario que se presente y obtener el máximo de ganancia posible. De allí deviene la importancia de la libertad de contratación-comercio, es una forma de hacer el sistema más eficiente. Las mismas fuerzas del mercado asignan eficientemente los recursos vía precios y cantidades.

Estas ideas guardan mucha relación con las del liberalismo político en donde, al menos en los supuestos teóricos, el individuo libre y munido de sus derechos civiles y políticos nutren y dinamizan el sistema democrático. El hecho de elegir y ser elegidos, expresar opiniones y otros tantos derechos permiten al sistema político generar una expresión más o menos genuina de la voluntad mayoritaria o sus preferencias. Si un órgano decide ungir al Candidato A o B ese resultado representa exclusivamente a la voluntad o preferencias de la mayoría.

Tanto en el mercado como en al democracia se crea un campo o juego donde la libertad como supuesto contractual genera un vínculo directo entre preferencias y resultados. La practica demuestra que esto no sucede de esta manera, ni en la economía, ni en los sistemas políticos, funcionan necesariamente como sus postulados teóricos sostienen. No porque la democracia liberal o el mercado no funcionen, hasta ahora son los únicos sistemas relativamente estables que Occidente encontró para organizar su sociedad y sus intercambios. Los actores que intervienen en esos intercambios son variados e intermediados por elementos más profundos que por una interacción racional e hiper-informada de los agentes.

Decir que el la decisión de una AU no conlleva un nexo causal entre preferencias y representante no sugiere que los asambleístas estén bajo una situación de coacción medieval. Si existe será tarea de la Justicia. Cada uno de los individuos lejos está de ser un agente libre, racional e informado, como el que imaginan los modelos teóricos de Walras, Marshall, Pareto, Locke y Rawls.

Lo que intentamos graficar es que la regla de decisión de cada asambleísta -o cualquier agente institucional e incluso de mercado- no se basa en su preferencia o afinidad subjetiva. Estas no resuelven el juego en una Asamblea Universitaria. En el medio intervienen relaciones muy complejas que van entre el poder, las reglas de juego, incentivos, la optimización de costos-beneficios y la trayectoria de las replicas en el pasado de estos juegos.

El economista Samuel Bowles se preguntó si la teoría de juegos permite explicar las instituciones. Para él las instituciones son leyes, normas informales y convenciones que dan una estructura duradera a la interacciones sociales entre los miembros de una población (Bowles 2003)1. Para imponer continuidad en los comportamientos prescritos institucionalmente es importante que la mejor respuesta de cada individuo sea coherente con los mecanismo de coerción legítima de las leyes, reglas informales a modo de sanciones sociales y expectativas mutuas sobre comportamiento llamadas convenciones. Es decir que una institución logrará sostenerse a partir de lograr hilvanar coacción legítima, reglas informales y convenciones con estrategia de mejor respuesta de cada individuo, es decir su mayor conveniencia, dadas las condiciones del juego, por sobre las otras estrategias o caminos con los que puede responder. Por todo ello una Institución no está pre-moldeada, se va moldeando con el tiempo al margen de sus postulados formales

La Asamblea Universitaria como un juego más.

Estos conceptos subyacen en el fuero interno o se incorporan una regla de decisión, de una gente. Los elementos endógenos2 del juego son decisivos en una AU -o cualquier institución-. No es lo mismo decidir en un marco donde votan todos los actores al mismo tiempo a mano alzada, que lo hagan de a uno y a viva voz o de a uno pero en un cuarto oscuro. Esos factores condicionan los resultados probablemente, incluso por encimas de las preferencias individuales.

La posibilidad de inducir por diversos mecanismos las conductas es una relación de poder. Las instituciones y los actores pueden pueden modelar de cierta manera el marco decisiones y la dinámica que enfrenta un asambleísta. En forma secreta él/ella debe elegir oficialismo u oposición, esa decisión esta rodeada de promesas de castigos.

La AU llegó a un equilibrio o estado estacionario de donde resulta la continua victoria del candidato/a del rector/a de turno. Además los votos obtenidos por la persona ganadora siempre suelen ser mayores y/o no condecirse con lo que las y los asambleístas manifiestan públicamente. En los tramos previos a la elección existe una fuerza centrífuga hacia el oficialismo, y algunos votos que se sortean la fidelidad comarcana a car Decano/a para acrecentar la victoria oficial.

Para ello es útil traer un concepto utilizado por Bowles, el retornos crecientes generalizados3 o complentariedad estratégica. Este concepto refiere a las situaciones de interacción social o económica donde la apuesta por una determinada conducta trae aparejado beneficios que aumentan mientras mas personas apuesten por esa conducta. Bowles lo explica mejor: “las ganancias individuales aumentan cuando aumenta el número de personas que realiza la misma acción. Si adopto el mismo procesador de texto que mis colegas, les confiero beneficios, pero estos beneficios no se incluyen en mi proceso de decisiones”….. o dicho de otro modo “la retribución de realizar una acción aumenta con el número de personas que toman la misma medida” (Bowles 2004). El mismo autor agrega que las conductas disímiles tienden a repelerse y el equilibrio se vuelve duradero con la repetición de los juegos y las fuerzas exógenas difícilmente logren torcer esa dinámica, donde las trayectorias pesan demasiado.

El juego de la AU cuenta con un periodo amplio entre elección del representante y la emisión-decisión de su voto, el cual se suele realizar en forma secreta y por listados, bajo supervisión omnipresente. Por ello la regla de decisión de cada individuo se compone de expectativas sobre el resultado, control sobre el cumplimiento de sus promesas o represalias, margen de acción propia, preferencias personales por candidaturas, beneficios personales o para su grupo, sus preferencias y expectativas sobre lo que otros harán.

En un juego donde los oficialísimos logran replicar sus victorias, se generan ciertas expectativas que actúan como fuerza centrífuga para aquellos jugadores indecisos, que apuestan por su auto-preservación, etc. No se necesita una probabilidad demasiado alta de que oficialismo gane para que un jugador se convenza que su estrategia de mejor respuesta es votar oficialismo dados los resultados preexistentes, los mecanismos de coerción, los beneficios de sumarse al espacio ganador, etc.

La minimización del riesgos puede ser una forma de maximizar ganancias. Si agregamos que los jugadores son individualistas en este juego un jugador razona con costos, riesgo, beneficios por cambiar de sector, represalias, preferencias. Sin buscar beneficiar a todos, minimizando riesgos, los beneficios generalizados terminan perpetuando la decisión de votar oficialismo pues es la que tiene menores riesgos-costos en términos relativos.

Bastaría una percepción modesta de victoria oficialista para activar estos mecanismos. O se necesitaría un shock de confianza demasiado alto desde la oposición para romper el equilibrio del juego. El problema surgirá si el shock de confianza sobre oficialismo es más bajo que de costumbre, quitándole fuerza al mecanismo auto-correctivo a quienes deciden votar oposición.

No todo es endógeno

Las decisiones de los seres humanos no pueden enfrascarse en modelos donde todo se resuelve “endógenamente”, ademas de los factores endógenos las cosas no siempre siguen su ruso normal. Además de shocks “exógenos” hay rupturas.

Al 13 de mayo se llega con dos características previas trascendentales. Una es la pandemia. Hace dos años que la UNT no va a elecciones de consejeros. Esto es central en el ámbito estudiantil, el estamento mas democrático de la Universidad. Salvo casos puntuales, pronosticar ese estamento hoy es más difícil. Allí el grueso de votantes se encuentra entre quienes ingresaron a la universidad entre 2018 y 2021, en un ambiente tan competitivo como apático -sobre todo en los últimos años- es difícil que agrupaciones que históricamente lideraban los cargos de representación prepandemia puedan asegurar que repitan las mismas elecciones. La perdida de contacto físico y socialización, amen de la virtualidad, rompe tradiciones electorales, identificaciones, etc.

La otra característica es que el rectorado hoy es monolítico. Hegemonizado y homogeneizado por un grupo político, el que lidera José Hugo Saab. Muchos dirán que eso es un logro pero desde Juan Domingo Perón hasta Winston Churchill enseñaron que las grandes batallas se construyen con unos y otros.

José Hugo es una de las personas más hábiles y conocedoras de la Universidad, supo construir una candidatura como la de Maria Luisa Rossi de Hernandez que cosechó 69 votos contra los 89 del Rector Juan Alberto Cerisola. Si es verdad, ganar es ganar. Pero lograr 69 votos contra un oficialismo disponiendo libremente de excedentes económicos abultados como lo de aquel entonces, es cuanto menos una victoria moral e intelectual.

La diferencia con aquel entonces no es que Saab ahora conduce el rectorado, la diferencia es que el rectorado ya no incluye dentro de sí a diversos actores políticos. La UNT desde hace mucho tiempo es una institución casi monolítica. Actores radicales, afines, peronistas e independientes la condujeron en convivencia. Hoy el oficialismo no es una amalgama de heterogeneidades y carece de posibilidades, como en otras épocas, de crear shocks de confianza que le daban apoyos directos e indirectos que iban desde el Gobierno Nacional hasta el Provincial.

En este tiempo la candidatura de José Luis Jimenez recogió vis a vis las fortalezas que fue perdiendo el oficialismo. Sumó todos los apoyos que eran esperables para el un candidato afín al Rectorado. Este no llega ni con heterogeneidad política de otras épocas, ni apoyos de peso, ni grandes excedentes económicos, ni tampoco cuenta con el plus que solían darle los operadores políticos de diversos espacios, que hoy no abundan en el oficialismo. Su mayor activo es la fuerza endógena de la asamblea universitaria. El tiempo dirá si esto le alcanza, pero está claro que el oficialismo dejó de ser se un centro de gravedad.

1 Samuel Bowles (2003) Microeconomics: Behavior, Institutions, and Evolution. Princeton University; o Microeconomía : comportamiento, instituciones y evolución
2 Utilizamos los términos endógenos o exógenos como sinónimos de los términos variables endógenas y exógenas utilizadas propiamente en el lenguaje economico. Por variables endógenas se entiende a los valores determinados dentro de un modelo, mientras que por variables exógenas refiere a aquellas que se definen fuera del modelo.
3 Este concepto se diferencia de los rendimientos crecientes a escala. Los retornos crecientes generalizados son un fenómeno más amplio, lo rendimientos crecientes a escala son una especie. Ver Bowles 2003
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