Por estas horas pareciera ser que en el espacio del vicegobernador Osvaldo Jaldo hay una división entre los duros que apuestan a profundizar la pelea y los moderados que piden a gritos la unidad del peronismo.

Sin embargo, en el bando de los duros parecieran estar dispuestos a atrincherarse en la Defensoría del Pueblo. Es que además de la designación de Eduardo «Lalo» Cobos como ombudsman, se cubrieron algunos cargos con dirigentes que en la ruptura del oficialismo quedaron más cerca del palacio legislativo. Además de la designación de Marcelo Caponio como adjunto de Cobos, en las últimas horas trascendió la designación de María Belén Cruzado Sánchez a cargo de las Relaciones Institucionales del organismo-

Sánchez Cruzado es esposa del legislador  ex bussista, Javier Morof, cuyo voto valió por dos cuando se votó en las reuniones de comisión de la Legislatura la terna que impulsaba a Cobos y dejaba afuera a Fernando Said Juri Debo.

La designación de la esposa de Morof fue entendida como una devolución de gentilezas por aquel desempate polémico y pareciera no haber caído muy bien entre el resto de los parlamentarios que tienen algunos canales de diálogos con Casa de Gobierno. Aunque en el bloque de legisladores jaldistas  hay algunos que se frotan las manos cuando piensan que pueden quedarse con un importante porcentaje de los 3000 contratos que se dieron de baja, todavía resta esperar para ver si esta designación traerá cola en el bloque jaldista.

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