Después de 16 días de distancia, guerra de intereses, operaciones mediáticas y maniobras de presión, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner volverán a mostrarse juntos en un acto político. Será esta tarde en la Casa Rosada, en el comienzo formal del segundo tramo de la campaña electoral.

Cristina Kirchner llegó minutos antes de las 18. En la primera fila se ubicó todo el gabinete y también los líderes sindicales que fueron invitados.

En el acto, que será en el Museo del Bicentenario, se presentará un proyecto de ley de “Fomento al Desarrollo Agroindustrial”, que propone agregar valor a los productos para crear empleos y promover inversiones, incrementar las exportaciones de bienes y servicios del sector, aumentar el ingreso de divisas. Ese será el marco formal del hecho político. La Vicepresidenta ingresó minutos después de las 17:45 a la Casa Rosada.

La última vez que la fórmula presidencial se reunió fue el martes 14 de septiembre, dos días después de la paliza electoral que el Gobierno sufrió en las PASO, para intentar buscar un acuerdo sobre cómo seguir. El clima ya era tenso, pero en la Casa Rosada no esperaban el desenlace que iba a tener la tirante relación de los dos mandatarios.

El acuerdo no se logró y Cristina Kirchner lo hizo saber al otro día, cuando le ordenó a los ministros que le responden poner a disposición su renuncia luego de que el Presidente anticipara que no iba a renovar el Gabinete.

La Vicepresidenta quería ejercer cambios en el Gabinete como respuesta a la dura derrota electoral en todo el país. Fernández entendía que había que esperar y hacer cambios después de las elecciones generales de noviembre. Su resistencia duró apenas dos días más. El viernes informó seis cambios en la estructura ministerial y la llegada de un nuevo vocero presidencial.

En esos días de caos, confusión y máxima tensión en los pasillos de la Casa Rosada y el Congreso, el Gobierno vivió la peor crisis política desde que llegó al poder en diciembre de 2019. El movimiento de renuncias ideado por Cristina Kirchner fue una jugada al límite. Generó un vació de poder sobre la figura de Fernández que llevó a la CGT, los movimientos sociales y los gobernadores a emitir un respaldo público a la figura presidencial.

Luego llegó la carta pública de la Vicepresidenta, en la que acusó al entonces vocero presidencial Juan Pablo Biondi de realizar operaciones mediáticas, advirtió que había anticipado una derrota electoral, aseguró que el Gobierno había concretado un ajuste fiscal y le pidió a Fernández que no la defraude, dejando en claro que ella había sido la que lo eligió para ser candidato a presidente.

Finalmente, se realizaron los cambios en el Gabinete con el regreso de funcionarios históricos del peronismo como Daniel Filmus, Aníbal Fernández y Julián Domínguez. También el desembarco del tucumano Juan Manzur en la Jefatura de Gabinete, lugar que dejó vacante Santiago Cafiero, una de las piezas que tuvo que resignar el Presidente en la negociación con Cristina Kirchner.

Durante estas dos semanas reinó el silencio entre Fernández y Kirchner. La coalición funcionó a través de interlocutores. Del lado albertista de la coalición estuvieron Cafiero, Gabriel Katopodis y “Juanchi” Zabaleta. En la vereda kirchnerista Eduardo “Wado” De Pedro y Máximo Kirchner fueron las cabezas visibles de la negociación permanente. En el medio estuvo parado Manzur.

En el Frente de Todos hay quienes creen que la semana de la crisis política impactará en los resultados electorales en noviembre y, en consecuencia, la paz endeble que existe en este tiempo entre los sectores de la coalición podría explotar en cuestión de minutos.

Las proyecciones están marcadas por la incertidumbre y la decepción de muchos funcionarios, ministros y dirigentes a los que les cuesta ver un futuro prometedor para la alianza peronista. En el Frente de Todos creen que será muy difícil dar vuelta la elección en noviembre y aspiran a achicar el margen de distancia que les sacó Juntos por el Cambio.

“El vinculo de confianza entre Alberto y Cristina está roto. Eso no se recupera más”, reflexionó un importante funcionario nacional en la última semana. En gran medida, la inconsistencia del acuerdo político entre ambos siembre dudas sobre cómo será el gobierno en los próximos dos años. Esas dudas que están adentro del micromundo de la política también son percibidas afuera por una parte del electorado.

Fuente: Infobae

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