Luego de la convocatoria al «Pacto de mayo» hecho a los gobernadores en la apertura de sesiones ordinarias legislativas, el gobierno de Javier Milei buscará restituir el impuesto a las ganancias mediante una ley en el Congreso. Se trata de una medida importante para las administraciones provinciales, ya que los fondos recaudados se coparticipaban desde Nación.

El ministro del Interior, Guillermo Francos, aseguró que «está dentro de los temas a tratar» y que «fue un error quitarlo» ya que «existe en todos los países». Además, afirmó, en diálogo con Radio Mitre, que «se derogó con fines meramente electoralistas», en referencia a que fue eliminado bajo la administración presidencial de Alberto Fernández y con el impulso del exministro de Economía, Sergio Massa, en plena campaña electoral. El actual presidente, Javier Milei, en aquel momento diputado nacional, había votado a favor de la norma, sumándose a la fiebre electoralista.

La medida tomada en septiembre pasada eliminó la cuarta categoría de Ganancias, lo que eximía del pago del tributo a más de 800 mil contribuyentes. Además, elevaba el piso del mínimo no imponible para trabajadores y jubilados que perciban 15 salarios mínimos vitales y móviles y eximía el Salario Anual Complementario (SAC) del impuesto.

De esta forma, el presidente cambiaría radicalmente su postura respecto a sus épocas de no-político. En 2016, en pleno gobierno de Mauricio Macri (otro expresidente que había prometido eliminar el impuesto y no lo hizo), el economista aseguraba a través de su red social favorita, Twitter, que «el impuesto a las ganancias es una calamidad y en la versión progresiva representa un castigo al exitoso». «Es envidia pura», agregaba.

Un mes después, afirmó que «Ganancias muestra la voracidad de los parásitos de la corporación política» y que quienes forman parte de «la casta» «no están dispuestos a devolverle la guita al que la genera».

Ya en 2018, salió en defensa de la casta judicial, eximida de este impuesto desde siempre. «Me matan aquellos que se quejan por el hecho de que los jueces no pagan ganancias. Yo en su lugar pediría para que la medida se extienda al resto de la población. Así mejoramos todos sin empeorar a nadie salvo a los parásitos de mierda de la política», declaraba en aquel momento quien hoy es presidente.

Ya durante la sesión legislativa que derogó el Impuesto a las Ganancias en septiembre pasado, y ya cobrando un sueldo del Estado, el por entonces diputado nacional declaró que «los impuestos son un robo y cualquier iniciativa que conste en bajar impuestos, yo voy a estar de acuerdo». Agregó que «bajar impuestos es devolverle libertad a los ciudadanos», ya que los impuestos «son una rémora de la esclavitud». En cuanto a lo particular de la norma que se trataba, aseguró que era una medida «aberrante» y que tratar al impuesto como ganancia era «un delirio».

Si bien han pasado apenas seis meses de aquel discurso, al parecer el presidente cambió de posición y buscará, a través de sus parlamentarios, restituir lo que le parecía «un delirio aberrante».

Fuente: EL TUCUMANO

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