Máximo logró aprobar el impuesto a la riqueza con la ayuda de Schiaretti, Lavagna y Gerardo Morales

Los ministros Guzmán, Kulfas, Arroyo y Volnovich se acercaron al recinto, en medio de una fuerte movilización del peronismo.

Máximo Kirchner se anotó este martes su primer victoria política nítida al lograr que la Cámara de Diputados sancione su tanta veces prometido proyecto para gravar la riqueza extraordinaria, en medio de un clima de épica militante como nunca se había visto desde iniciada la pandemia, que incluyó movilizaciones en todo el país y hasta la visita de medio gabinete al recinto para respaldarlo.

La iniciativa cosechó el rechazo unánime de todos los grandes empresarios, incluidos algunos muy cercanos al oficialismo como el banquero Jorge Brito, lo que no impidió que su amigo Sergio Massa forzara el fin de su aislamiento preventivo para no perderse una sesión que tuvo el nervio de los momentos políticos importantes.

El proyecto brindó además al oficialismo un éxito suplementario, logró dividir a parte de la oposición con la adhesión explícita de los diputados del gobernador radical Gerardo Morales y de sectores que transitan una zona gris como los que lideran Roberto Lavagna y Juan Schiaretti.

La importancia política del momento no se le pasó a nadie en el oficialismo, al punto que escenificaron en uno de los salones del Congreso una inusual foto con Massa y Máximo rodeados de ministros fuertes del Gabinete, intendentes y otros dirigentes importantes del Frente de Todos. Después de la foto, el hijo de la vicepresidenta no pudo festejar en el recinto porque debió aislarse por ser contacto estrecho de una persona infectada con Covid 19. Había estado en el palacio hasta las 19 y se reunió con funcionarios.

Contó con 133 votos, sólo 4 más que la mayoría simple, y la ayuda del bloque de José Luis Ramón, de la flamante dupla del riojano Felpe Álvarez y el santacruceño Antonio Carambia y de un puñado de aliados sueltos del interbloque federal que no siempre están cuando el oficialismo los necesita.

Son los casos de Eduardo Bucca, el salteño Andrés Zottos y los socialistas Enrique Estévez y Luis Contigiani. Se sumaron Alejandro «Topo» Rodríguez y tres de los cuatro diputados de Córdoba Federal, el bloque de Juan Schiaretti: no se conectó su esposa Alejandra Vigo. Graciela Camaño, líder de los federales, votó en contra.

Pero la sorpresa fue el respaldo de dos diputados cercanos al gobernador de Jujuy, el radical Gerardo Morales: Gabriela Burgos y Jorge Rizzotti, que ya habían respaldado el presupuesto.

La sorpresa fue el respaldo de dos diputados cercanos al gobernador de Jujuy, el radical Gerardo Morales: Gabriela Burgos y Jorge Rizzotti, que ya habían respaldado el presupuesto.

Llegaron hasta el salón de honor el ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo, el de Hacienda Martín Guzmán, el de Producción Matías Kulfas, el titular de Aysa, Malena Galmarini; la de ANSES, Fernanda Raverta y la jefa del Pami, Luana Volnovich. Además la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, el de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde y el de San Vicente Nicolás Mantegaza; así como el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Federico Otermin.

En medio de las discusiones, Volnovich y Arroyo brindaron una conferencia de prensa en el Congreso, muy difundida por el kirchnerismo.

El debate que duró 14 horas y dibujó la grieta entre el Frente de Todos y Cambiemos, los primeros bregando por un aporte de los ricos a la crisis, que los segundos consideraron confiscatorio y sólo útil para ahuyentar inversiones, con una campaña en redes un tanto insólita.

«Se redujeron los Bienes Personales entre 2016 y 2019 y terminamos en el Fondo Monetario Internacional, aumentó la desocupación y la pobreza. Lo que desalienta la inversión son los malos gobiernos», se defendió Máximo en el discurso de cierre, que llegó pasadas las 3 de la madrugada.

Convocó además a que el gravamen sea un puente «hacia una reforma tributaria en la Argentina que democratice los impuestos y se recaude en los sectores que se tiene que recaudar».

Se redujeron los Bienes Personales entre 2016 y 2019 y terminamos en el Fondo Monetario Internacional, aumentó la desocupación y la pobreza. Lo que desalienta la inversión son los malos gobiernos.

«Nosotros no tenemos ningún problema con el sector privado. Necesitamos del sector privado junto al sector público, invirtiendo juntos. No hay antagonismo entre lo público y lo privado. Debe haber una comunión y entender que el Estado articula y regula allí donde el mercado obstruye y abandona. Se trata de construir entre todos una salida», cerró el jefe de bloque del oficialismo.

El proyecto surgió inicialmente como una iniciativa de los diputados de extracción sindical, en base a una propuesta del economista kirchnerista Hernán Letcher, que planteaba el pago de impuestos a partir de un patrimonio personal de 1.000 millones. Luego la tomó Máximo y junto al diputado de extracción comunista, Carlos Heller, lo reformularon bajando la vara a los 200 millones.

Así el proyecto sancionado grava por única vez a los patrimonios mayores a 200 millones de pesos y alcanzará a unos 10 mil contribuyentes. Según los cálculos del oficialismo permitirá recaudar 307.000 millones de pesos, un 1.1% de PIB, que se destinarán principalmente a apoyar la producción y enfrentar la pandemia. Tendrá alícuotas que partirán del 2% y subirán a 2.25% para quienes sumen 300 millones en su declaración jurada (que serían la mayoría), 2.5% a 400; 2.75% a 600; 3% a 800; 3.25% a un 1500; y 3.5% a 3000 o más.

El proyecto surgió como una iniciativa de los diputados de extracción sindical, en base a una propuesta del economista Hernán Letcher, que planteaba el pago de impuestos a partir de un patrimonio personal de 1.000 millones. Luego Máximo y Heller, lo reformularon bajando la vara a los 200 millones.

La recaudación tendrá cinco destinos específicos. Un 20% a la compra y/o elaboración de equipamiento médico, vacunas y todo otro insumo crítico para la prevención y asistencia de la pandemia. Otro 20% para subsidios a las pymes y el mismo porcentaje irá al programa integral de becas Progresar, gestionado por el Ministerio de Educación con el objetivo de sostener a los chicos en el sistema escolar.

Un 15% será para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de los barrios populares identificados en el registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana (RENABAP). En los cuatro casos, el Gobierno está obligado a coparticipar los fondos con las provincias, lo que acaso le dio un incentivo adicional a gobernadores como Schiaretti y Morales para apoyar la sanción.

No así en el otro 25% que se girará en programas de exploración, desarrollo y producción de gas natural de YPF, lo que motivó el rechazo del diputado de izquierda Nicolás del Caño. Heller agregó que la Secretaría de Energía deberá dar el visto bueno, el único retoque que se hizo en el recinto. No se sumaron fondos para el Ingreso Familiar por Emergencia (IFE), suspendido por Guzmán, pero que sigue generando debates internos en el Gobierno.

El gravamen aumentará si los bienes personales para los bienes que están en el exterior hasta llegar a 5.5% para los más acaudalados. Podrán repatriarlos en un plazo de 60 días, aunque sólo serán reconocidos si los activos que traigan son igual o superior al 30% de sus tenencias financieras que permanezcan en el exterior. Además, los fondos deberán permanecer en el país hasta el 31 de diciembre de 2021.

«No estamos persiguiendo grandes fortunas ociosas, multimillonarias, esas que no vinieron en el blanqueo y están afuera en los paraísos fiscales. Un centro mecanizado vale un millón de dólares. Si tiene un tambo con 100 vacas y si tiene un tractor le pegan en el poste a este impuesto. En Córdoba, 400 hectáreas de base imponible para 2020 tienen 98 millones de pesos, la mitad para la valuación del impuesto; una cosechadora vale 600 mil dólares cada una. Esos no están en el exterior, están acá, no tendrán el ATP y tienen que dar trabajo a la gente», rechazó el proyecto el radical Mario Negri, a cargo del cierre por Cambiemos.

La sesión comenzó presidida por el diputado del PRO Álvaro González, porque Massa aún esperaba un tercer hisopado del jefe del FMI, con el que se había reunido el viernes, dos días antes que diera infectado de Covid 19. Cuando supo que había sido un falso positivo, fue dado de alta y corrió al recinto a tomar control de la sesión. Ya se había sancionado el presupuesto y el impuesto a la riqueza llevaba varias horas de debate.

Cambiemos asistió con 84 de sus 116 diputados, el oficialismo sólo llevó una parte de sus 118, pero no fue sencillo que se respeta el protocolo de distanciamiento social. Los del PRO pidieron cada vez que hablaron que en diciembre sea todo presencial, sin más nadie conectado al zoom.

Ya se había sancionado el presupuesto y el impuesto a la riqueza llevaba varias horas de debate. «No somos hinchas del déficit como dicen por ahí, sino que somos enemigos del ajuste. Con este impuesto estarían alcanzados por la iniciativa menos de 10 mil personas, según la AFIP, es decir 0,8 por ciento del total de los contribuyentes que presentaron declaración jurada de bienes personales. ¿Cómo me pueden decir que las pymes están alcanzadas?», inició Carlos Heller, miembro informante del oficialismo, quien sostuvo además que no cambiará la vida del que tenga 200 millones si pierde 4.

El rechazo opositor lo inauguró Luciano Laspina, del PRO. «El aporte opera como una doble imposición respecto al impuesto de Bienes Personales: estamos hablando del mismo sujeto imponible, la misma base imponible y una sobrealícuota respecto a esa base imponible. Es confiscatorio porque se considera confiscatorio cuando el Estado absorbe una parte sustancial de la renta o de la propiedad».

«Este Gobierno subió 12 impuestos, en el país más gravoso del planeta. Este aporte no tiene un afán recaudatorio: tiene un afán ideológico y la prueba más grande es que lo estamos aprobando muchos meses después de iniciada la pandemia y con una movilización afuera por el Día de la Militancia», agregó Laspina.

Una perlita la dio el radical Atilio Benedetti, de los pocos que quedó alcanzado por el impuesto. «Es confiscatorio, porque en muchos casos de muchas empresas que hoy sufren dificultades, van a tener que vender parte de sus activos para hacer frente a esto», denunció.

Volvió a levantar el recinto semi vacío Leopoldo Moreau. «Nadie destruyó el aparato productivo de la Argentina como lo destruyeron ustedes en el gobierno de Cambiemos. Tengan un poco de respeto por la realidad. Salvajismo tributario contra la producción fue el tarifazo en dólares que implementaron, o el endeudamiento más grande de la historia o la desregulación del mercado de capitales que permitió la bicicleta financiera. Un gobierno no se define por lo que hace con los pobres, sino con los ricos», cerró.

No se contuvo de contestarle el jefe del PRO, Cristian Ritondo. «¿Terminaste muy bien vos en tu gobierno en el 89 Leopoldo?». Al rato tuvo que pedir disculpas por sus compañeros: «Lo que menos quise es haber dado algún tipo de insulto al doctor Raúl Alfonsín, sino lo que dije es que hay medidas en gobiernos que no terminan bien y que esperaba que tengamos otra suerte».

La diputados de la línea dura del PRO como Fernando Iglesias y Waldo Wolff pidieron cambiar la ley por la extinción de dominio, aquel proyecto para apropiarse de bienes confiscados por la corrupción que fuera congelado por radicales y peronistas y dispuesto por DNU de Macri.

El aliado Ramón fue un militante más de la ley. «La verdadera Argentina se integra con todos, no solamente con los que están mirando su propio ombligo. Todos los que lograron hacer esta gran fortuna hicieron el patrimonio en Argentina. El que se quiera ir. Creo que ha llegado el momento en que se vaya del país», cerró.

Fuente:  LPO

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