Por Martín Faciano

Ayer en Tucumán, como en gran parte del país, ganó Javier Milei con La Libertad Avanza, perdió el PJ y Sergio Massa  empezó la carrera un tanto falto de aire. En el plano local, cabe preguntarse si se puede situar la histórica derrota que el peronismo tucumano  sufrió ayer en las urnas, en otro ámbito que no sea un capítulo más de las desventuras  que empezó a transitar Juan Manzur, después de  que quedaran truncas sus ambiciones para ser (en simultáneo), candidato a vicegobernador y a vicepresidente de la Nación.

Cabe recordar que fue primero su candidatura local la que cayó por un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y que después se desmoronó su candidatura nacional, luego de que los gobernadores vecinos de las provincias de Catamarca y Santiago del Estero se movilizaran pidiendo la fórmula de unidad que terminó integrando el renovador ministro Sergio Massa con el ex jefe de los Servicios de Inteligencia de la AFI, Agustín Rossi.

Pero para la tranquilidad de Manzur, Milei no ganó solo en Tucumán, sino que “El Peluca” fue el candidato más votado en todo el país, ganando en la mayoría de las provincias. Ni el gobernador jujeño Gerardo Morales, siendo  precandidato a vicepresidente de la Nación en una fórmula de Juntos por el Cambio, pudo disfrazarse de profeta en su tierra y terminó perdiendo por casi 70.000 votos en manos de LLA. Solo los pares y verdugos de Manzur, Raul Jalil y Gerardo Zamora, lograron garantizar ayer los triunfos del frente Unión por la Patria en las provincias vecinas de Catamarca y Santiago querido, terminando de sedimentar un cambio en el peso de las referencias e influencias  que tienen en la región los gobernadores del Norte Grande.

Se podrá atenuar y relativizar el impacto de la contundente derrota que sufrió el Partido Justicialista Distrito Tucumán que todavía preside el saliente gobernador, apelando a las implicancias de la  angustiante situación económica que se vive en Argentina. O incluso, desde el enfoque de la política comarcana se podrá  intentar justificar el triunfo de La Libertad Avanza,  bajándole el precio a la PASO y poniendo el foco en la generalizada desmovilización dirigencial que se vio no solo durante la jornada de ayer sino también durante toda esta campaña de baja intensidad, en la que Manzur evitó autoproclamarse “Jefe de Campaña” para garantizar la conducción del justicialismo provincial hacia un triunfo, que hasta ayer parecía no ser deseado por el casi 2 veces candidato a vice.

Lo que no se puede pasar por alto con los resultados de ayer, es que aunque el PJ logre recuperar un considerable porcentajes de los votos perdidos (entre la elección provincial y la PASO) hacia las elecciones generales de  octubre,  tanto en Tucumán como en Argentina ayer hubo un punto de quiebre en el sistema político: Milei y la Libertad Avanza llegaron para quedarse.

Y mientras la dirigencia local y nacional de las principales estructuras partidarias y coaliciones,  intenta comprender y explicar como se llegó a este punto en el que  un outsider de la política, sin poner  siquiera un fiscal por mesa, logró penetrar los circuitos territoriales que durante décadas consideraron alambrados (incluso también  en rincones del interior más profundo) el pueblo se manifiesta por primera vez ante  la posibilidad tangible  de que el péndulo  por fin se detenga, y de que la grieta (de una vez por todas)  se cierre, o se ensanche del todo. Y así también, como en el PJ y en JxC se pasan facturas internas luego de un cierre de listas  o se ajustan las cuentas después de que se tienen los datos finos  que arroja un  escrutinio, el electorado también ajusticia dirigentes, candidatos y partidos cuando lo considera necesario, algo de lo que hoy pueden dar fe tanto Horacio Rodriguez Larreta a nivel nacional y Germán Alfaro a escala provincial.

Ahora, más que nunca, la oportunidad de escarmentar a “la casta”, pareciera inmejorable para un electorado y un pueblo que dio sendas muestras de  no estar  dispuesto a perdonar el divorcio de la clase política tradicional con la realidad. Habrá que ver si la dirigencia de los frentes Unión por la Patria y Juntos por el Cambio, asimilan el golpe y logran comprender la magnitud de lo que está pasando, porque ayer el león rugió y no fue precisamente  la clásica introducción de una película de la Metro Goldwyn Meyer.

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