Por Martín Faciano

Meses atrás parecía una idea absolutamente descabellada la posibilidad de que los ex intendentes capitalinos Germán Alfaro y Domingo Amaya se sumen a la gestión del hoy gobernador Osvaldo Jaldo. Sin embargo, con el avance de la libertad,  esa posibilidad hoy podría entenderse como algo totalmente factible.

Y la incorporación de los ex jefes municipales a la actual gestión jaldista  no es algo  que ahora  resulte probable y esperable por  los rumores que corren presagiando el inminente desembarco de ambos en cargos ejecutivos a confirmar, sino porque con solo advertir la conformación de las mesas de autoridades en la Honorable Legislatura de Tucumán y el Concejo Deliberante, es evidente la existencia de una alianza o un acuerdo entre Jaldo y Alfaro.

Cabe recordar que  durante sus presidencias legislativas, Jaldo supo ser respetuoso del lugar que les correspondían a las primeras minorías en la línea sucesoria de la cámara. No obstante, el hecho de que hoy  estén los ultra alfaristas Alfredo “el Perro” Toscano como vicepresidente segundo de la Legislatura, y el edil Juan Carlos Ale, como vicepresidente primero del Concejo Deliberante capitalino, tiene más que ver con la voluntad política Jaldo y sus acuerdos con Alfaro que con mecanismos o tradiciones institucionales de la cámara parlamentaria y el organismo legisferante  capitalino.

Pero Jaldo también ha demostrado desde que asumió como mandatario una visión más aperturista, incorporando a radicales como José Ricardo Ascárate, Raul Albarracín y Juan Casañas, o al izquierdista Federico Masso a su gabinete. Y en los últimos días, además de los trascendidos que vaticinan la incorporación de Alfaro al gabinete (a efectivizarse luego del 1 de marzo y la apertura del  período de sesiones ordinarias), también se habla de que la incorporación de Domingo Amaya se materializaría a la brevedad. Mientras que la designación de Alfaro tendría mas que ver con la intención de Jaldo de cooptar y atomizar a los principales referentes territoriales de  la oposición local, la inclusión de Amaya estaría más vinculada a la necesidad de Jaldo de avanzar en la construcción y diversificación de sus relaciones con actores de la política nacional que hoy gravitan desde otro lado en la Casa Rosada.

Incluso semanas atrás, Amaya visitó a Jaldo en Casa de Gobierno en una reunión sin fotos y posteriormente, cuando los diputados jaldistas dejaron “Unión por la Patria” y  conformaron el bloque “Independencia”, tanto Amaya como Alfaro, salieron a bancar públicamente la deskirchnerización pública de Jaldo: Un proceso que tanto Alfaro como Amaya  comenzaron a transitar con mucha anticipación que el actual mandatario, quien hasta el año 2021 además de disputarle a Juan Manzur la conducción del PJ, también le peleaba la representación del kirchnerismo en Tucumán.

En el Partido Justicialista, por las dudas, aclaran que ni Amaya ni Alfaro se desafiliaron ¿Será que las máximas autoridades partidarias jugaron hasta acá a no sacarles la ficha?

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