Por Martín Faciano

Cuando José López empezó a instalar en el mundillo político provincial sus pretensiones de disputar la gobernación en 2015, se vió obligado a montar una estructura propia en Tucumán. Para ello, lo primero que hizo el hombre fue alquilar una casa en Yerba Buena. Allí empezaron las reuniones con dirigentes y colaboradores entre los cuales se organizarían los equipos de trabajo que le darían cuerpo, circunstancialmente, a su aspiración gubernamental.

El señuelo que morderían todos los actores y sectores políticos que por entonces adhirieron a su postulación, sería justamente la ilusión de gestionar obras directamente desde la Secretaría de Obras Públicas de la Nación. Así fue que Sindicatos, Empresarios de la Construcción, Delegados Comunales e Intendentes empezaron a frecuentar tanto la mansión donde «Paco» y sus hombres hacían base, como el Hotel Catalinas Park, donde López y sus operadores locales mantenían reuniones en privado con quienes orbitaban a su alrededor.

Pero para que esta ilusión pudiera parecer algo factible y no una vendida de humo, la bajada de obras debió mostrarse como algo concreto, y fue por eso que los ex intendentes de Tafí Viejo (Javier Pucharras), Concepción (Osvaldo Morelli), Las Talitas (Luis Morghenstein) y Alderetes (Julio Silman), resultaron ser los jefes municipales que más se beneficiaron con  el envío de fondos para obras públicas durante el período en que José López se aventuró a disputar la sucesión del ex mandatario José Alperovich.

Una interna contra el binomio Manzur – Jaldo

Cabe aclarar que en el contexto de la aventura lopecista, el oficialismo provincial ya había empezado a  tratar de consolidar la futura fórmula gubernamental, la cual si bien todavía no se había oficializado, ya se había medido con el resultado de  los comicios legislativos nacionales de 2013 con la  dupla Juan ManzurOsvaldo Jaldo encabezando la nómina de candidatos a Diputados por el Frente para la Victoria local.

Aunque el posicionamiento del actual binomio gubernamental ya había empezado a consolidarse antes de que López se decidiera pelear por la gobernación, y pese a que la fórmula  Manzur – Jaldo parecía un hecho consumado, el concepcionense insistió en pelear por  lograr su cometido: para ello apostó a integrar una fórmula con la máxima autoridad partidaria del PJ Local, la Presidenta Beatriz Rojkés de Alperovich, e incluso desafió al entonces Ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, a participar de una interna partidaria para dirimir candidaturas .

Pero hasta esta parte de la historia, el espacio que conducía el funcionario nacional ya tenía un nombre propio: «Juntos con Fuerza y Lealtad«, cuyas siglas, JFL, representaban las iniciales de José Francisco López, el nombre completo del ingeniero oriundo de Concepción que pese a no vivir desde hacer años en la provincia, aseguraba que no se había ido nunca, jurando además que se quería quedar acá para siempre.

Quienes habían definido el nombre de la fuerza lopecista, eran un grupo de publicistas que respondían al consultor político Carlos Fara, que además se encargaron  íntegramente de la estrategia comunicacional y digital de la candidatura del concepcionense.

El principio del fin

Quizas el momento de mayor efervecencia lopecista fue cuando el 20 de Febrero de 2015, se realizó el gran acto público en el que López habló para sus aliados y arriados presentes. El mitín denominado «la caravana de la esperanza» consisitió en una movilización de automóviles desde el Aeropuerto provincial hasta el  club Central Córdoba.
Hasta CC, López se había trasladado realizando el recorrido en un colectivo sin techo, ploteado con su cara,  y  acompañado de los dirigentes que conformaban su núcleo íntimo.

Fue para ese momento que el hombre de la óbra pública había alcanzado su máximo posicionamiento político en la provincia: había logrado fidelizar con distintos actores y sectores del kirchcnerismo local; había logrado que los intendentes que había beneficiado con obras movilicen dirigentes a su acto; y había agitado los fantasmas del gran dedo elector de CFK a la hora de definir el armado de  listas en la provincia.

Pero la ilusión duraría poco para JFL, y a la semana siguiente la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner elogiaría públicamente en medio de una cadena nacional, a su saliente Ministro de Salud de la Nación  Juan Manzur, por la gestión que había desempeñado y de la cual  debía apartarse, para abocarse de lleno a su campaña como candidato a Gobernador en la provincia.

Ya para la primera quincena de Abril de 2015, la dupla Manzur – Jaldo  se había  oficializado como como la fórmula oficial del FPV para pelear por la gobernación; López había abrochado un cargo como candidato a Diputado del Parlasur, había logrado colarse como Vicepresidente 2º en el recambio de autoridades del PJ Distrito Tucumán, acompañando a Beatriz Rojkés en su nuevo mandato como máxima autoridad partidaria a nivel local, y había logrado acordar con Marcelo Caponio para que Tulio Caponio secundara al concepcionense en la nómina del Parlasur y su dirigenta de confianza Liliana Ruiz, ocupara el tercer término en la nómina que llevaría a la Legislatura a Marcelo Caponio y al sindicalista de SEOC, Roque Brito.

Lo que sucedió después fue lo que ya todos conocen: los conflictos  en torno a los comicios provinciales en 2015; el ascenso del macrismo al  Gobierno Nacional; y  a mediado de 2016, el obsceno reboleo de bolsos que corrío la tapa de una olla que todavía no se terminó de destapar,  donde además de la matriz de la corrupción político empresarial ha quedado en evidencia una vez más el accionar de los servicios de inteligencia y su articulación con los medios de comunicación masiva.

 

Dejanos tu comentario