Manzur busca evitar la deserción de parlamentarios de los bloques oficialistas en el Congreso

El jefe de Gabinete recibe a gobernadores y senadores que amenazan con romper. Un grupo irá al cierre de Merlo.

El jefe de Gabinete Juan Manzur dedicó la última parte de la campaña electoral a contener a gobernadores y legisladores del Frente de Todos que después de las primarias empezaron a evaluar la creación de bloques propios en el Congreso y la semana próxima podrían tomar una decisión definitiva.

El tucumano es el encargado de evitar o al menos demorar lo que sería una foto de ruptura post derrota electoral, capaz de debilitar al Gobierno y complicar su duro tránsito económico hasta fin de año. De mínima, apunta a que si la escisión no tiene remedio se demore un tiempo y se presente como un simple reacomodamiento de piezas.

Manzur aprovechó la visita de gobernadores para firmar un acuerdo de precios y los invitó a hablar de política, en algunos casos acompañado por Eduardo «Wado» De Pedro. El mensaje, palabras más palabras menos, fue similar: una señal de quiebre oficialista sólo erosionaría al presidente, mientras que si no mueven los pies del plato en 2023 habrá una chance de presentar una opción presidencial.

El propio tucumano se anota para representarlos pero, en verdad, en la Rosada reconocen que nadie tiene claro que puede pasar la semana que viene. Eso sí: la muletilla de una primaria abierta y para definir un candidato presidencial la repiten todos. Sirve para contener.

Varios gobernadores quedaron molestos con Cristina por haber instruido una ola de renuncias después de las primarias para obligar a Alberto a armar un nuevo Gabinete. En esos días empezaron a programar algún gesto de autonomía, a la espera de una reacción más dura de Alberto que no llegó y algunos todavía imaginan para los próximos días.

El más motivado en diferenciarse es el sanjuanino Sergio Uñac, quien tiene La Cámpora entre ceja y ceja: en febrero instruyó al diputado Francisco Guevara a armar una juventud peronista no K que marque agenda parlamentaria. Nunca empezó.

Uñac le perdió respeto al ministro del Interior tras su fugaz renuncia y asunción en el cargo y la relación nunca fue igual. Ya se habían cruzado el año pasado, cuando el sanjuanino quería suspender las primarias y el kirchnerismo las sostuvo.

Tal es su enojo que después de su victoria de este domingo hay quienes lo imaginan caminando junto a su colega de Córdoba Juan Schiaretti, decidido a profundizar su perfil nacional desde el lunes, con discurso federal pero alejado del Gobierno.

Nadie habla de una autonomía manifiesta del santafesino Omar Perotti, quien tiene una relación ambigua con la Casa Rosada: logró que Alberto batiera récord de certificación de obras, pero la imagen presidencial está por el piso entre los santafesinos y lo mejor es tenerlo lejos. Su acuerdo con Cristina para armar la lista de senadores lo dejó sin muchas excusas para sumarse a las internas.

Perotti tendrá al menos un senador desde diciembre y Uñac conservará dos: su hermano Rubén y Cristina López Valverde. En la última sesión, el jefe José Mayans incluyó en el temario un proyecto para declarar «Patrimonio cultural inmaterial» la fiesta del Sol, un clásico de San Juan. Los intentos de unidad no tienen límites.

Otro gobernador molesto es Gustavo Bordet, de Entre Ríos, quien se cruzó acusaciones con Wado sobre la responsabilidad por la dura derrota oficialista en esa provincia, en manos del ex ministro del Interior Rogelio Frigerio.

En el kirchnerismo sospechan de un acuerdo cruzado entre el peronismo entrerriano y el PRO de Frigerio y Monzó que por ahora no tiene ningún ancla en la realidad. Bordet lo niega pero tampoco quiere dar tantas explicaciones y su senador Eduardo Kueider es el más decidido a romper el bloque la semana que viene.

Kueider estará este jueves en el acto de cierre de Merlo, al que llegará una combi con un grupo de senadores oficialistas, entre los que habrá otros dos que se muestran rebeldes: el jujeño Guillermo Snopek y el correntino Carlos Espínola.

Espínola fue recibido este viernes por Manzur junto al ministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta, quien negoció con Cristina Kirchner que encabezara la lista de senadores por Corrientes y desplazara a Ana Almirón, una de las más fieles de la vicepresidenta.

Ganará la banca por la minoría y no definió si cede a las tentaciones de algunos gobernadores y se va del Frente de Todos. «Por ahora no hay margen. Hay que pasar la interna y ver como sigue la negociación por el presupuesto y con el FMI», confían en su entorno. Traducido: tal vez la ruptura sea inevitable en algún momento y sólo haya que darle forma.

El correntino, apadrinado por Zabaleta, seguiría a Alberto en una independencia plena de Cristina que nunca llega, pero cuenta con promotores full time como Gustavo Béliz, encargado entre otras cosas de llevar la relación con Estados Unidos. La vice se hizo cargo del vínculo con China y Rusia y le tira palos a Biden a través del senador Oscar Parrilli. Recelos geopolíticos.

El jujeño Snopek tiene un problema concreto que no le resuelven: su enfrentamiento político y familiar con el gobernador radical Gerardo Morales, que además es su cuñado.

En marzo de 2020 presentó un proyecto de ley para intervenir la justicia de esa provincia, pero la pandemia y la habilidad de Morales lo dejaron en el olvido. Aquí hay una curiosidad: mientras que Cristina y Wado le habilitaron el tratamiento del tema, Alberto lo clausuró.

Otro gobernador que mostró los dientes fue Ricardo Quintela, de La Rioja, quien motorizó una declaración del parlamento del noroeste del país para que su vice María Florencia López sea elegida como candidata a jueza de la corte suprema, para cubrir la vacante de Elena Highton de Nolasco.

Como anticipó LPO, le enviaron una carta a Alberto, pero todavía no les respondió. La provincia está representada por el ex ministro de Economía Ricardo Guerra, quien sustituyó al fallecido Carlos Menem en febrero, y si hay bloque de gobernadores será el primero en sumarse. En la última sesión le dejaron anunciar y celebrar la sanción de la ley de alivio fiscal que escribió Sergio Massa.

Cristina ocupó mucho tiempo en tratar de contener la unidad de un bloque que, de repetirse los resultados de las primarias, ni siquiera le alcanzará para una mayoría propia. Necesitará la ayuda del rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magdalena Solari Quintana, aliados de fierro estos dos años. Ahora se harán valer un poco más.

Trató de contenerlos con una larguísima reunión de catarsis, a la que asistió una minutos para dar una arenga. Uno de los que más ingresó a su despacho en estos meses fue el puntano Adolfo Rodríguez Saá. La visitó en esa semana en la que presionó a Alberto para modificar el Gabinete y este jueves será uno de los elegidos para representarla en Merlo.

El ex gobernador de San Luis tiene una obsesión: su ley para ampliar la Corte Suprema a 9 miembros y regionalizar sus integrantes, que resolvería el reclamo de los gobernadores del noroeste por ubicar una candidata propia. La pide en todas las sesiones, y por ahora no lo escuchan. Pronto no podrán ignorarlo.

Fuente: La Política Online

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