Un nuevo capítulo en la interna entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel mantiene en vilo al gobierno argentino. Las diferencias, que ya se habían expresado públicamente en el pasado, volvieron a encenderse tras la expulsión del senador Edgardo Kueider. Mientras que Milei apuntó contra Villarruel por presidir la sesión donde se expulsó a Kueider por «inhabilidad moral», la vicepresidenta aseguró que fue notificada del viaje de Milei a Italia el mismo día de la sesión.
Guillermo Francos, jefe de Gabinete de Ministros, intentó minimizar la situación, afirmando que no cree que haya una ruptura entre ambos mandatarios. Francos destacó que cada uno cumple un rol institucional importante y que las diferencias son normales en política. Sin embargo, reconoció que Milei y Villarruel deben llegar a acuerdos en el marco de las instituciones.
El episodio de la expulsión de Kueider, quien ya se encontraba en Italia al momento de la votación, desató una serie de acusaciones cruzadas entre el presidente y su vice. Milei aseguró que se intentó notificar a Villarruel, pero que ella no dio aviso de recibo. Villarruel, por su parte, contradijo esta afirmación, indicando que fue informada del viaje de Milei el mismo día.
La tensión entre Milei y Villarruel genera incertidumbre sobre la estabilidad del gobierno. A pesar de los intentos de Francos por calmar las aguas, la interna entre los dos líderes podría tener consecuencias en el futuro de la gestión.
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