El anuncio del «Plan Patagonia» para el Sur del país generó fuertes repercusiones en la arena política. De hecho, hay una frase que no pasó inadvertida. “No queremos otro plan retórico”, advirtió Rogelio Frigerio, en alusión al Plan Belgrano que encabeza el tucumano José Cano.
El plan de desarrollo para el Norte «se convirtió en una estructura burocrática con la finalidad de pagarle a la UCR y su titular no tiene la potestad de licitar obras ya que el plan ni siquiera forma parte del presupuesto de Vialidad Nacional sino que maneja un presupuesto dedicado a costear gastos administrativos», señala el sitio web «La Política Online».
Los editores califican como «arriesgado» para Macri lanzar un plan similar al Belgrano en Sur del país y agregan que el presidente deberá lidiar con la Cámara Argentina de la Construcción, que lo lo presiona para que una en un solo ministerio las dependencias dedicadas a la obra pública que repartió en media docena de carteras.
Los objetivos del Plan Belgrano
Según lo informado por la repartición nacional, la meta está puesta en que la obra pública repunte en 2017. A diferencia del año pasado, en el que prácticamente no se realizaron obras de magnitud en Tucumán ─como se anunciaba─, se prevé la inversión de $4.077 millones, un 60% más.
Las obras proyectadas desde Nación están pensadas para cubrir necesidades de conectividad, infraestructura y educación. El gran caballito de batalla en la cuna de la Independencia será el Complejo Multipropósito Potrero del Clavillo, que en la Provincia se traducirá en la construcción del dique ‘El Naranjal’, en la comuna homónima.
Las proyecciones indican que la Provincia contaría ─en un plazo no mayor a ocho años─ con dos autopistas nuevas, en las rutas 9 y 34, y nuevos trabajos sobre la 38. Todo esto sucedería partir de julio de este año, cuando las elecciones de medio término no se vean tan lejanas en el calendario.
