La vicerrectora de la Universidad Nacional de Tucumán, Mercedes Leal, parece haber aprovechado el momento de debilidad que atraviesa la línea histórica del radicalismo que administra la UNT desde hace décadas, para mostrar vuelo propio.
Hoy, con la excusa formal e institucional de «articular esfuerzos para preservar el Arsenal Miguel de Azcuénaga», la vicerrectora visitó la Legislatura y mantuvo un mano a mano con el vicegobernador Miguel Acevedo.
El encuentro, que fue comunicado en la comunicación institucional de la Honorable Legislatura de Tucumán pero no en los medios oficiales de la UNT, se llevó en medio del plan de lucha que las asambleas multiestamentales que las distintas unidades académicas vienen llevando adelante, desde que el oficialismo con sus aliados consiguió blindar el veto presidencial en el Congreso de la Nación. Incluso durante la jornada de ayer, en la asamblea interfacultades, se declaró personas no gratas en la UNT al gobernador Osvaldo Jaldo, y a los diputados Mariano Campero (UCR), Gerardo Huessen ( R), Paula Omodeo (CREO), Gladys Medina, Agustín Fernandez y Elia Fernández de Mansilla (PJ).
Con la situación judicial que arrastra el núcleo duro del radicalismo rectoral, por el y con Sergio Pagani, con el «síndome del pato rengo» por su imposibilidad de ser reelecto, la vicerrectora aparece como la figura más fuerte para conducir la alta Casa de Estudios. Sin embargo, hay un detalle que no puede pasar por alto: toda la situación judicial en torno al juicio por los fondos YMAD, viene siendo seguida muy de cerca personalmente por el peronista libertario y Sub Secretario de Políticas Universitarias de la Nación, Alejandro Ciro Alvarez (hijo de Alejandro Álvarez, fundador de «Guardia de Hierro»), quien no duda en poner el ejemplo de la gestión Cerisolista y el uso de los fondos de YMAD, para remarcar la idea de la «falta de control» sobre el uso de los fondos universitarios
En su favor, Mercedes Leal viene logrando ha logrado ampliar una base de sustento propia, asentada fundamentalmente en el armado estudiantil que lleva adelante el Movimiento de Participación Estudiantil (MPE), una agrupación filo peronista kirchnerista, que viene creciendo a pasos agigantados ganando Centros de Estudiantes y Consejeros en unidades académicas que históricamente fueron bastiones de Franja Morada.
Con el contexto de restricción presupuestaria por el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, la crisis nacional que atraviesa la Unión Cívica Radical (que repercute en todas las universidades), el conflicto virtual con el gobierno de la Provincia por el manejo de Canal 10 y la situación judicial que asusta ex y actuales miembros del gabinete rectoral, en el oficialismo universitario no pareciera haber muchas más figuras que puedan entorpecer el camino que viene recorriendo la vicerrectora para llegar a ser la segunda rectora mujer en conducir la Universidad Nacional de Tucumán.