Por Martín Faciano

El ex ministro de Desarrollo Social de la provincia, Gabriel Yedlin, decidió dejar su cargo en la Unidad Ejecutora del Norte Grande, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, para asumir en la banca legislativa que su espacio consiguió en las elecciones provinciales de 2019. Esa banca, conseguida por la «Lista Oficial» en las últimas elecciones provinciales había sido ocupada de manera provisoria por la Secretaria Nacional  de Acceso a la Salud, Sandra Tirado, y por el ex ministro de Producción, Juan Luis Fernández, quien dejaría el parlamento para que Yedlin asuma en su lugar.

Cabe recordar que la salida de Yedlin de la cartera local de Desarrollo Social, fue tan elegante como la retirada de Claudio Maley de Seguridad: con la creación de un cargo nacional. La diferencia entre ambas salidas decorosas fue que Maley salió desgastado por la gestión y no tuvo incidencia en la definición de su sucesor, mientras que Yedlin  forzó su propia salida al dejar de sentirse blindado en su gestión, luego de la llegada de Juan Manzur (su mentor y protector) a la Jefatura de Gabinete de la Nación y del ascenso político de  Osvaldo Jaldo a la gobernación.

Al dejar Yedlin el ministerio que condujo por más de 6 años, en su reemplazo asumió una de sus ex funcionarias de mayor confianza: la antiperonista Lórena Málaga, apodada «la superministra» por su antecesor, al cual se le rebeló al entrar en una compulsa por el manejo de la estructura ministerial.

Si bien la mayoría de los funcionarios del monstruoso ministerio fueron designados por el ex ministro, y responden al gabiyedlinismo, la actual ministra busca fortalecerse «pisándoles la manguera» y buscando tener un mayor control de los recursos con los que cuenta el ministerio. El malestar en las huestes yedlinistas es tal, que varios funcionarios jerárquicos han esbozado sus renuncias y expresado sus lamentos en las jornadas de tenis que el ex ministro tiene durante sus tardes en el  Country del Golf.

Mientras tanto, la ministra Málaga intenta sobrellevar una gestión con conflictos escandalosos como el ocurrido en los depósitos del ministerio, donde  junto a la mercadería que reparte la cartera social, encontraron heces de aves y ratas. Por su parte, Gabriel Yedlin, avanza en su plan para desembarcar en el parlamento tucumano. Su retirada del organismo nacional, se da luego de la  salida del ex ministro nacional Juan Zavaleta y su reemplazo por Victoria Paz, lo que muestra a las claras un patrón de conducta del referente máximo del gabiyedlinismo, quien comportándose como un «mantequita de la política» solo  busca ocupar los cargos que le resultan una zona de comfort.

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