Por Martín Faciano

La futurología política en el oficialismo provincial ofrece una diversa variedad de hipótesis en relación a la manera en que se configurará la sucesión del Gobernador Juan Manzur, cuando en 2023 culmine su segundo mandato.

Quienes consideran que la política es lineal y está regida por la lógica, aseguran que el vicegobernador Osvaldo Jaldo será el candidato del justicialismo provincial para tratar de retener el sillón de Lucas Córdoba en el período de gobierno 2023-2027. «Es lo natural», dicen aquellos que pasan por alto la voluntad y la constante acción tranformadora del hombre sobre la naturaleza.

«Todavía falta mucho», dicen  los relegados que impugnan las tensiones actuales que resultan de esta subterránea disputa que en los últimos meses se ha vuelto tan indisimulable como inblanqueable.

También están quienes aseguran que el actual mandatario está decidido a no entregarle el bastón y la banda en 2023 a su actual vice. Dentro de ese variopinto grupo de opinólogos y dirigentes podría decirse que la opinión está dividida en dos: entre quienes creen que el Gobierno Nacional será determinante en la conformación de la próxima fórmula gubernamental y entre quienes entienden que  el actual mandatario será el gran elector. En todas las variantes de estas hipótesis,  la única «fija» es el candidato a vicegobenador: Juan Manzur

Dentro del primer grupo, una mayoría coincide en que quien tiene posibilidades de colarse en la próxima fórmula del peronismo comarcano es el intendente taficeño Javier Noguera. En su favor jugarían su anclaje y estructura territorial; el perfil y la imagen positiva de  su gestión municipal; y las aceitadas relaciones que Noguera tiene a nivel nacional con el kirchnerismo duro y los barones de la ortodoxia  del conurbano bonaerense.

Si bien en la provincia no hay  antecedentes de un jefe municipal que salte a la cúpula del Poder Ejecutivo, las aspiraciones de Noguera podrían (por lo menos) empezar a abonar el terreno para la configuración de otro esquema de poder inexistente en la provincia: el intendentismo, consolidado en la Provincia de Buenos Aires, con la experiencia de Sergio Massa, como intendente de Tigre y candidato a Diputado Nacional y cabeza de lista del Frente Renovador en las elecciones nacionales inermedias de 2013.

Por otro lado, quienes aseguran que será Manzur el que definirá su sucesión, coinciden mayoritariamente en que el peso territorial de los dirigentes será fundamental al momento de definir candidaturas. En ese sentido, la proyección del ministro de Interior de la provincia, Miguel Acevedo, aparece como una alternativa que supone la resolución del problema en torno al sesgo de las secciones electorales.

Quienes proyectan la candidatura de Acevedo entienden que, en este caso, la inclusión de un candidato a gobernador proveniente de la Sección Oeste tendría como daño colateral el abroquelamiento del nucleo duro del jaldismo en la Sección Este. La inclusión de Acevedo en la fórmula,  garantizaría (hasta la culminación del mandato de Manzur) la continuidad del díalogo institucional y político entre la cúpula del Poder Ejecutivo y los responsables institucionales y territoriales de todas las comunas y municipios.

Las primeras pistas sobre la posible configuración en torno a la sucesión de Manzur como mandatario provincial, aparecerán recién cuando culmine el primer trimestre del 2021 y el oficialismo empiece a bosquejar la nómina de candidatos con los que disputará  las 5 bancas en juego para diputados y las 2 bancas de senadores que habrá para la primera mayoría en Tucumán en los próximos comicios nacionales. Seguramente, con las cabezas de lista, el oficialismo aprovechará la oportunidad para posicionar una eventual fórmula para disputar los comicios del 2023. Tal como pasó en 2013

 

 

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