En el ministerio de Salud se viven días de tensión por el fuerte debate entre los funcionarios de Carla Vizzotti por la continuidad del plan de vacunación ante la incertidumbre de la llegada de vacunas para los meses venideros.

Las principales diferencias se dan entre la jefa de gabinete de la cartera, Sonia Tarragona y el secretario de Calidad en Salud, Arnaldo Medina, por el avance lento de la vacunación: menos del 2 por ciento de la población recibió las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus cuando la segunda ola ya invadió al país antes de la llegada del invierno.

Tarragona se encarga del manejo político del ministerio desde que Vizzotti reemplazó a Ginés González García y choca con Medina, que asumió en su secretaría desde el primer día de la gestión de Alberto Fernández. El ex director del hospital El Cruce de Varela es clave en el plan de vacunación también tiene diferencias con Sandra Tirado, la secretaria de Acceso a la Salud, el anterior cargo de Vizzotti.

La falta de orden interno en el ministerio respecto de la búsqueda de vacunas hizo que otros ministros debieran tomar la posta para garantizar la llegada de vacunas, la clave para que Argentina salga de la crisis económica y social en la que está sumida.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajó a Moscú para intentar acelerar el envío de la Sputnik V que hasta ahora se hizo a cuentagotas, respecto de las dosis prometidas para el primer trimestre.

Felipe Solá se reunió con diferencia de horas con representantes de los gobiernos de Cuba e India. En primer término, el canciller se reunió con el embajador cubano, Pedro Pablo Prada, para producir la vacuna «Soberana 2», que entró en fase 3 a principios de marzo. Luego Solá recibió al indio Dinesh Bhatia, con el objeto de que el embajador de India ayude a que ese país destrabe las 580 mil vacunas Covishield que le adeuda a la Argentina. La situación alarmante de India, que se convirtió en el epicentro de la pandemia, da pocas esperanzas.

Solá también se metió en uno de los temas más escabrosos para el Gobierno, que es el reclamo a Hugo Sigman, muy cercano a la Rosada, por el papelón mundial de AstraZeneca, que no entregó una sola dosis de las 60 millones que se produjeron en el Conurbano.

Vizzotti pareció devolverle la gentileza y se reunió este jueves con la Encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, MaryKay Carlsson, para destrabar el envío de esas dosis de AstraZeneca que de Garín terminaron perdidas en el país norteamericano.

e esa reunión participó la asesora presidencial Cecilia Nicolini que ganó protagonismo a tal punto en el plan de vacunación que dio las primicias de las negociaciones con Pfizer y con Johnson & Johnson. El año pasado ese tipo de anuncios los daban Ginés González García o el propio Alberto Fernández.

La tensión del gabinete se extendió a otras áreas de la coalición de gobierno. Al embajador en China, Sabino Vaca Narvaja, le facturan haber sido demasiado entusiasta con el papel que iba a tener el gigante asiático con la vacunación no sólo en Argentina sino en todo el mundo.

«En unos meses, China va a ser el único proveedor global de vacunas», le dijo Vaca Narvaja a Página 12 en febrero. Sólo dos meses después se supo que China bloqueará nuevas negociaciones de vacunas con todo el mundo porque pretende llegar a julio con 520 millones de personas vacunadas en su territorio para festejar los 100 años del Partido Comunista local.

El Gobierno deberá conformarse con al menos el cumplimiento del envío de las 4 millones de dosis pagadas a los chinos, que terminaron de llegar este jueves. La llegada del millón de vacunas de esta tarde fue tan simbólica para el Gobierno que el propio presidente las fue a recibir a Ezeiza.

Fuente: LPO

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