Por Martín Faciano

Mientras el senador nacional José Alperovich se esfuerza en construirse como un outsider de la política, intentando mostrarse con un look juvenilizante y repitiendo hasta el cansancio que no necesita del apoyo de dirigentes políticos, sino de «la gente», en los hechos pareciera  demostrar lo contrario.

Es que  la totalidad de los miembros  que conforman el Comité Ejecutivo del recién oficializado «Frente Hacemos Tucumán», con el cual el ex mandatario disputará los próximos comicios, son justamente eso que hoy escasean en su espacio político: dirigentes. Es el caso de Gastón Robles, María del Tránsito Urueña Russo (militantes de extracción camporista y referentes del partido Podemos)  y Julio Martín Olás, ex militante Ola Naranja y referente del espacio que supo establecer alianzas con el bussimo: el Partido Popular.

También sobre otros dirigentes con ADN camporista se  apoya hoy la ilusión alperovichista. Como por ejemplo en Walter «el loco » Chávez, quien siendo el actual presidente del Concejo Deliberante de Alderetes, se proyecta  también como un polifuncional dentro del armado del ex mandamás, en la Sección Electoral Este. Apadrinando hoy a Gabriel Alperovich en su incursión a la política territorial, Chávez se ha constituído en una pieza clave del municipio en el que Sergio Venegas sucedió a Julio Silman.

De manera similar a los camporistas, los referentes de Kolina Tucumán, Pablo Cosiansi y Belén Ortíz, también  han terminado sintiéndose contenidos en la figura que el exgobernador forjó de si mismo durante su experiencia en el postpoder. Así quienes antes disputaban la referencia provincial de Kolina a la senadora nacional Beatriz Mirkin, hoy se muestran encolumnados en el frente que hace gala de su kirchnerismo puro y, en algunos casos, de su alperovichismo tardío.

No haga caso, son rumores…son rumores.

La presentación del «Frente Hacemos Tucumán», ha sido la manera que el exgobernador  ha encontrado para ratificar sus aspiraciones y frenar los rumores que hablan de la inminente bajada de su candidatura.

Las versiones, surgidas a partir de artículos periodísticos que desde el entorno del senador catalogan como «operaciones de prensa», han  pasado a otro plano con la nota publicada en el diario Perfil, donde la periodista Rosario Ayerdi asegura que antes de viajar a Cuba, la ex Jefa de Estado, Cristina Fernádez de Kirchner, le encomendó a sus operadores de confianza, Oscar Parrilli y Alberto Fernández, avanzar en acuerdos de unidad, comenzando por Tucumán. Todo esto, con La Cámpora en la periferia de la escena política y con dirigentes como Andrés «Cuervo» Larroque y Eduardo» Wado»De Pedro, deslizando discursos conciliadores hacia actores y sectores  a los que antes, además de bastardear, les realizaban control de calidad ideológico.

Renunciamiento a la lucha y no a los cargos

Desde el riñón de la ex mandataria, algunos voceros se aventuran en vaticinar un renunciamiento histórico por parte de CFK en relación a su candidatura presidencial. En tal caso, emulando a quien hoy reconoce como su conductora: ¿Estaría dispuesto, el exgobernador tucumano, a deponer sus intenciones de volver a ocupar el sillón de Lucas Córdoba?.

Si bien las distancias entre el oficialismo provincial y el espacio que lidera el senador parecen irreconciliables, algunos de los dirigentes  que se sitúan en la platabanda de la disputa, aseguran que las condiciones para un acuerdo entre ambos sectores, están dadas. La argumentación en estos casos se basa en señalar que el actual mandatario nunca empleó artillería pesada para disparar contra  su antecesor, y en que el vicegobernador Osvaldo Jaldo bajó (relativamente) el nivel de confrontación.

Entonces, si la unidad a nivel provincial todavía aparece como una variable posible, en todo caso, la discusión sería en torno al precio de la misma.

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