“2017 ha comenzado, no podía ser de otra manera con este Gobierno, con un mercado interno donde se mantiene la recesión, con una inflación anualizada del 41%, quebrantos empresarios, despidos y suspensiones, tanto en el sector público como en el privado”. Con esa introducción arranca el documento emitido por la Corriente Federal de Trabajadores, el espacio político sindical que nuclea aproximadamente a una treintena de sindicatos y organizaciones políticas, y que forma parte de la CGT.
En uno de los apartados del documento, titulado “Con despidos no hay diálogo”, sostienen que los despidos “demuestran que no hubo ni habrá diálogo real con esta política económica. El denominado Diálogo por la producción y el trabajo ha resultado una pantomima disfrazada con insuficientes paliativos, destinada a ganar tiempo para proseguir un ajuste salvaje que recae fundamentalmente sobre los trabajadores del sector formal y de la economía popular”.
Haciendo también una contextualización en el marco del momento político económico internacional a nivel mundial, señalan la inviabilidad de las políticas implementadas, argumentando que las mismas posibilitan “golpes de mercado”. A su vez advierten que el gobierno busca un modelo dependiente de los grandes conglomerados empresariales locales y transnacionales; y que “reprime y planifica una escalada violenta e ilegal contra la protesta social” cuyo resultado será “una situación de mayor destrucción del entramado productivo y una ingente acumulación de deuda que será muy difícil de revertir”.
También destacaron que la CGT debe decidir con urgencia un programa y un plan de acción que unifique los reclamos y las luchas que los distintos sectores del movimiento obrero están llevando adelante en todo el territorio nacional.
Para finalizar, identificaron la necesidad de un cambio de política económica, como única posible opción de superación de esta situación crítica. «El problema es la política económica. O cambia la política económica o la Argentina quiebra”, concluyeron en el doncumento.
