Por Martín Faciano

La posible candidatura a gobernador de Alfonso Prat Gay, ha desencadenado que los dirigentes que a nivel local integran la alianza Cambiemos comenzaran a transitar, sin querer queriendo, un proceso de abroquelamiento que de otra manera no podrían haber iniciado. Es que la llegada en paracaídas del ex Ministro de Hacienda de la Nación, además de generar un reacomodamiento de piezas, ha terminado funcionado como un elemento cohesionador interno en el frente político amarillo.

Pero como en la política la cohesión no es sinónimo de unidad, el escenario de Cambiemos para el Bicentenario sigue siendo complejo, y por ahora no hay garantías de que hasta 2019 todos permanezcan adentro del corral.

Si bien los integrantes de Cambiemos Tucumán se han reunido por segunda semana consecutiva, los mitines que han oficiado de vidriera para los dirigentes que buscan fortalecer la coalición opositora al Gobierno Provincial, también han dado cuenta del cambio en la correlación de fuerzas interna. En ese sentido, el que más ha quedado expuesto es el ex Titular del Plan Belgrano y actual Diputado Nacional, José Cano, quien de tanto «muñequear» ha dejado de tener el sartén por el mango, a tal punto que pareciera haber entendido que de ahora en más, en lo que hace a la toma de decisiones, «El Gallego» ya no podrá disponer, sino que deberá proponer, y esperar una aprobación mayoritaria de sus pares.

Encolumnado en la línea del Jefe de Gabinete, Marcos Peña, es justamente José Cano quién mas bronca mastica, de manera disimulada, por la rienda suelta que el presidente Mauricio Macri le dió a Prat Gay, permitiéndole salir a jugar en la pelea por la gobernación en el 2019. Distinto es el caso del ex intendente capitalino, Domingo Amaya, quien chapeando con integrar la mesa chica del Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, hoy se dispone a jugar de igual a igual con su ex compañero de formula gubernamental en 2015 y con el resto de sus pares.

Mientras José Cano, Domingo Amaya y Silvia Elias de Pérez, se posicionan en la discusión como dirigentes con cargos de renombre, con capacidad de lobby a nivel nacional y como figuras políticas con una imagen ya instalada, hay otro sector que se planta desde lugares territoriales mucho más concretos, como los intendentes Roberto Sánchez, Mariano Campero y Sebastián Salazar, quienes ostentando y contando con estructuras y recursos propios para liberar cualquier batalla interna, saben que para sobrevivir a la guerra del 2019 deberán lograr permanecer en sus trincheras municipales, desde donde seguramente abrirán algún que otro «fuego amigo» para también ganar terreno propio en el frente interno. En ese entremedio, permanece el jefe municipal capitalino, Germán Alfaro, quien por ahora apuesta a consolidar su estructura partidaria propia y, por las dudas, estrechar su relación con el economista.

Por ahora, la candidatura de Prat Gay, aparece como una ilusión política y periodística, quizás la misma que en su momento tuvieron tanto el ex Secretario de Obras Públicas de la Nación, José López, como  su equipo técnico, los dirigentes que lo apoyaron, se sacaron fotos con el, y  luego del revoleo de bolsos en el convento, lo negaron  enfáticamente.

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