por Martín Faciano

Mientras antes de las elecciones del pasado 9 de junio, algunos sectores dirigenciales y periodísticos empezaban a construir el 10 de junio como el día del comienzo de la pelea por la sucesión del actual mandatario, apuntando al vicegobernador Osvaldo Jaldo como un peligroso socio político del  gobernador Juan Manzur, la dupla gubernamental aprovechó el cierre de listas de las legislativas nacionales para mostrar que el binomio Manzur – Jaldo está bastante amalgamado.

Aunque las declaraciones del titular de la Legislatura, manifestando  su negativa a una hipotética reforma de la constitución provincial impulsada para habilitar las reelecciones indefinidas, fueron interpretadas por algunos espectadores del show político al que nos habitúa el principal matutino gráfico, como el comienzo de la ruptura de esta  sociedad política que hoy ya no integra el senador nacional José Alperovich; lo cierto es que  si en la víspera de los comicios hubiesen existido algunas tensiones entre el presidente y el vicepresidente del PJ Distrito Tucumán, las mismas parecen haberse relajado luego del contundente triunfo electoral y político del Frente Justicialista por Tucumán.

Los pronósticos rupturistas vaticinaban que la instancia del armado de listas iba a dejar entrever las fricciones entre las máximas autoridades de la provincia. De hecho, más de un apresurado presagió que el vicegobernador no iba a llegar a sopar dirigentes de su riñón en la lista. Las conjeturas incluso señalaban al ministro de Interior, Miguel Acevedo, como cabeza de lista de un armado electoral en el cual se apuntaba tanto a prescindir del vicegobernador de la confección de listas, como a posteriormente liberar el cargo ministerial más ambicionado por quienes quieren fortalecerse políticamente en y desde el interior profundo de la provincia.

Sin embargo todo parece indicar que la repartija de lugares fue equitativa, ya que tanto la inclusión de Graciela Gutiérrez y Mabel Carrizo en la nómina de precandidatos a diputados nacionales de Tucumán, habrían sido por pedido expreso de Osvaldo Jaldo.

Ahora, con la tranquilidad de haber conseguido la reelección, las máximas autoridades del gobierno provincial y del PJ Distrito Tucumán, deben abocarse a garantizar en las elecciones de Agosto, un holgado triunfo en la provincia para la fórmula Fernández –  Fernández. La idea de poder realizar una gestión provincial con un gobierno nacional del mismo signo político durante el próximo mandato, es quizás el principal anhelo de esta dupla gubernamental que no dudó en encolumnarse en el «Frente de Todos».

¿Podrán Manzur y Jaldo retener o aumentar el caudal de votos cosechados el pasado 9 de Junio?.

 

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