Por Martín Faciano

La fractura del bloque oficialista de la Honorable Legislatura de Tucumán, cómo posible precuela de una ruptura definitiva de la sociedad política entre el gobernador Juan Manzur y su vice Osvaldo Jaldo, ha sido el primer sismo del justicialismo tucumano y sus réplicas vienen dándose en diversos escenarios y territorios.

Cuando las tensiones venían en aumento, la lista consensuada entre jaldistas y manzuristas, para la nueva mesa de autoridades del Congreso Provincial del PJ Tucumano (que consagró como presidente al legislador Jorge Leal), ha sido celebrada e interpretada erróneamente por muchos dirigentes y funcionarios como un gesto de reconciliación. Sin embargo esta mañana, Leal se encargó de explicar en Los Primeros, que la lista consensuada no significa unidad, sino un gesto para la posibilidad a posteriori de la misma.

Después de aquel fatídico #8M, en las filas manzuristas han resignificado algunos acontecimientos que antes se interpretaban como  aislados y que a la luz de los hechos,  hoy lo entienden como un anticipo de la avanzada del jaldismo que vino después: el recambio de autoridades en la mesa del Concejo Deliberante de Tafí Viejo y el intento de  cambio de la mesa de conducción de la Juventud Peronista del Partido Justicialista Distrito Tucumán

Un repaso por los rounds

Si la celebración del Congreso del PJ podría ha sido el tercer round de la interna entre Manzur y Jaldo, puede decirse que el mismo no se jugó o que técnicamente ha sido un empate. Es que pese a que el manzurismo se quedó con la mayorpía simple y los principales cargos, el jaldismo se quedó con 4 de 9 lugares  de la mesa directiva.

La primera compulsa (ganada por Jaldo), con la designación de Cobos como Defensor del Pueblo significó, para las partes implicadas, un verdadero sinceramiento político al respecto. Con la división de aguas y el desdoblamiento del oficialismo, ya no es necesario evitar herir susceptibilidades ni esforzarse en la búsqueda de sutilezas. Es que en el peronismo tucumano, los que antes se  veían adversarios internos hoy se ven directamente como  enemigos políticos.

Eso quizás se terminó de esclarecer en el segundo round (ganado por Manzur), cuando el Presidente del PJ se quedó con el casillero del medio logrando fidelizar en su bando a la mayoría del Consejo Directivo del PJ local, para designar con quorum a la nueva apoderada del justicialismo, Ana Escobedo, y barrer así a Marcelo Caponio.

Pero el éxito del mandatario en esta maniobra arriesgada (que se podría haber evitado), no fue tanto mantener la mitad más uno de los consejeros, sino haber elegido él mismo a que  escenario se subiría para medir fuerzas partidarias. Aún con margen para la deserción y la «panquequeada» de tres consejeros que (haciendo «la gran Roque Álvarez») la noche anterior habían confirmado su apoyo a la iniciativa manzurista, el mandatario consiguió un triunfo y aunque no le sobró nada en la pulseada, desde su bilardismo político Manzur debe haber saboreado la victoria. Más aún sabiendo que el empate significaba para el una contundente derrota en condición de local.

Handicap y All-in

No obstante, la ventaja deportiva del empate a su favor finalmente no le sirvió a Jaldo, quien siguió el desenlace de la batalla desde su trinchera legislativa. Desde allí, con los consejeros disidentes,  encontraron una manera de avalar y agrandar el triunfo manzurista: poniéndole  el cuerpo a la derrota, sacándose una foto y emitiendo un comunicado recurriendo a insólitos argumentos  para explicar porque motivos no habían asistido a la sede partidaria. Quizás si el jaldismo no hubiese hecho público su mitín, podrían haber invisibilizado la batalla de Virgen de la Merced . Sin embargo, con su accionar le subieron el precio a lo acontecido en el partido y se dieron un baño de mística puma ostentando una derrota digna.

La apuesta de Manzur y de Jaldo en esta contienda pejotista fue contundente.  Con Manzur con mucho mas para perder que su vicegobernador,  el dos busco asestarle al 1 un golpe en el talón de Aquiles: si el Presidente del PJ no tiene mayoría en el partido en su distrito, no tendría el peso político suficiente para ocupar  su vicepresidencia en el PJ Nacional. Por ese motivo, la decisión de Manzur de buscar los números para desplazar a Caponio en el Consejo,  era  un «all-in» para el mandatario que  demostró en Buenos Aires que además de ser el jefe político del peronismo en el NOA, por ahora,  el también es profeta en su tierra.

La nacionalización de la interna y la disputa por el kirchnerismo

Para reponerse de la derrota y demostrar que no está solo con dirigentes locales en su cruzada, el vicegobernador  estaría desde hace algunas semanas buscando reunirse con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner o su senador de confianza Oscar Parrilli.  Este intento de acercamiento de Jaldo a CFK no solo ha puesto en valor a los camporistas que hoy están a la par de Manzur, como Marcelo Santillán, o al intendente taficeño, Javier Noguera, que preside la Federación Argentina de Municipios y que por fuera de La Cámpora tiene llegada directa al núcleo duro del kirchnerismo; también puede enterse como un intento del vicegobernador de disputarle la representación local del kirchnerismo al jefe municipal de Tafí Viejo.

Es que Noguera, además de tener su propio peso territorial y de gozar de una alta imagen positiva por su gestión municipal, ha sido uno de los primeros en salir a pegarle abiertamente a Jaldo. Por el hecho de haber sido identificado por el vice, como un potencial delfín manzurista, desde el espacio del vicegobernador avanzaron sobre la mesa del concejo deliberante taficeño para condicionarlo a Noguera intentando evitar que pueda ser candidato,  tomarse licencia y hacer campaña en las próximas legislativas nacionales. Sin embargo, desde el entorno de Noguera aseguran que esa situación no representaría ningún condicionamiento para el intendente si es que tiene que ser candidato en las legislativas nacionales venideras.

La próxima contienda y la diversidad de candidatos para la sucesión

Aunque en los próximos días, el vice pueda conseguir su tan ansiada foto con Cristina o Parrilli (incluso ahora estando cargo del Poder Ejecutivo Nacional), para el final de la película todavía falta bastante. Por eso, ahora solo falta fe ver donde y cuando se librará la próxima batalla entre el 1 y el 2.

Mientras tanto desde el bloque de legisladores manzuristas, el presidente del bloque, Sergio Mansilla; el presidente del congreso del PJ, Jorge Leal; y el vicepresidente 1º de la Legislatura, Gerónimo Vargas Aignasse, han empezado a discutir la idea que viene instalando el tridente de parlamentarios jaldistas integrado por Regino Amado, Javier Morof y Marcelo Caponio , quienes hablan de Jaldo como el candidato natural para suceder a Manzur en 2023. De hecho la semana pasada en un debate televisivo entre las duplas Mansilla – Vargas Aignasse versus Amado – Morof, el ex senador se encargó de enumerar una serie de dirigentes que podrían ser los candidatos del PJ en 2023: el mismo Mansilla, su compañero de debate, el intendente taficeño, el diputado Pablo Yedlin y el ministro Miguel Acevedo.

Así mientras los jaldistas creen que  el vicepresidente de la cámara será sucesor de Manzur por naturaleza, los manzuristas parecieran estar ocupándose de intentar ser los artífices de las próximas listas  que postulará el PJ, tanto para 2021 como para 2023.

Teorías y apuntes en torno a la sucesión de Manzur (Parte I)

¿Alberto se mete en la interna por la sucesión de Manzur?

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