Por Martin Faciano

Quizás el momento de mayor ansiedad política que experimentó el vicegobernador Osvaldo Jaldo, desde que se desató la interna, fue cuando viajo a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para reunirse con el senador Oscar Parrilli, mano derecha de Cristina Fernández de Kirchner. El anuncio y la promoción periodística de ese encuentro pospuesto dos veces, había generado demasiadas expectativas en el sector legislativo que acompaña al díscolo vicegobernador. Pese a que no hubo fotos, el mismísimo vicegobernador fue quien se encargó de hablar con la prensa para dar los detalles de la reunión acontecida a mediados de abril.

Hoy un mes después, con la interna en plena ebullición, surge un dato revelador: el gobernador Juan Manzur mantuvo hace aproximadamente dos semanas, una reunión con la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. No es Manzur el que da a conocer la realización de dicha cumbre. Es el ministro de interior Eduardo “Wado” De Pedro, quien lo expresa y lo hace acompañado de sus pares de Producción y Obras Públicas (Matías Kulfas y Gabriel Katopodis) y del Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, quienes vinieron a la provincia a firmar convenios por obras, anunciar inversiones para reactivar la producción y notificarle a la prensa y al peronismo tucumano, que para la jefa espiritual del Frente de Todos, Manzur sigue siendo su Juancito.

Quienes esperaban que desde la Casa Rosada hubiera un mensaje ordenador, ayer lo recibieron y lo entendieron: en la curva de la disputa, el mandatario tiene la cuerda. Sin embargo hay un detalle que no debe pasarse por alto: en el entorno legislativo sostienen que los funcionarios nacionales no podrán sofocar la rebelión de Jaldo.

 La conferencia de prensa de hoy para publicitar la incorporación a su espacio de la renunciante Secretaria de Estado del Ministerio de Desarrollo Social y ex intendenta de Famaillá, Patricia Lizárraga, es una clara  respuesta de Jaldo. Aunque  el poder central incline la cancha en favor del 1, el 2 se muestra dispuesto a jugar el partido porque está convencido que puede dar la vuelta olímpica en la cancha de su rival. Mientras tanto, Jaldo cabalga sobre su iniciativa en busca de la cooptación de la dirigencia con desarrollo territorial, lo cual ha puesto en alerta los jefes municipales. El primero en reaccionar fue el taficeño Javier Noguera, quien señala que desde la Honorable Legislatura se viola sistemáticamente las autonomías municipales, principio consagrado en la constitución nacional, cuyo incumplimiento abre las puertas de una figura incómoda: la intervención.

La interpelación al ministro de Educación Juan Pablo Lichtmajer, a instancias de la Honorable Legislatura, ha marcado el punto más álgido de la interna. Las posibilidades de reconciliación entre la dupla gobernante parecieran estar atadas a la suerte del titular de la cartera educativa. El poder de fuego del vicegobernador desde la cámara parlamentaria ha quedado a contramano de la orgánica del oficialismo provincial y nacional. Si la reconciliación no se da y se consolida la fractura, Jaldo pasara de ser un adversario interno del manzurismo a ser su principal enemigo.  La disputa se ha intensificado a niveles insospechados, a tal punto que esta vez pareciera que los compañeros no se están reproduciendo. Parece que se están peleando en serio.

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