Por Marcelo Aguaysol para La Gaceta

¿Por qué la reunión en Buenos Aires será clave para la gestión? Hay varias respuestas que pueden surgir de este interrogante.

Juan Manzur, jefe de gabinete de la Nación y gobernador en uso de licencia, debe darle explicaciones a sus más inmediatos colaboradores acerca de qué es lo que espera de ellos y cómo deberán actuar frente al desafío institucional que le queda, de dos años de administración, y frente al enfrentamiento electoral del 14 de noviembre que, además de definir bancas para el Congreso, será un test para su Gobierno, más allá de la distancia física. La intempestiva designación nacional no le ha permitido al médico sanitarista llevarle la tranquilidad a sus dirigentes, después de unas PASO por demás traumáticas. Se fue sin dar explicaciones de sus razones, de definir qué sucedería con cada uno de los referentes territoriales que, por cuestiones de la política y de la gobernabilidad, se quedaban bajo el mando de un dirigente al que enfrentaron duramente en las internas: Osvaldo Jaldo.

Desde hace 13 días, el vicegobernador ejerce la titularidad del Poder Ejecutivo. Desde aquel martes 21 de septiembre, cuando ingresó al despacho que dejó Manzur para instalarse en la Casa Rosada, Jaldo intentó curar las heridas de aquellos con los que profundizó sus diferencias en las internas. Por su despacho pasaron ministros, legisladores, concejales, intendentes y comisionados rurales que aún siguen exteriorizando cierta incomodidad al verlo al frente de la Provincia. El proceso está en marcha. Por caso, el presidente de la Legislatura está en contacto permanente con los jefes municipales, atento a los pedidos y a los planteos, más allá de los desencuentros del pasado. Una muestra de esa empatía posPASO la ha dado este viernes cuando fue a Simoca a entregar viviendas, recorrer una fábrica de dulce de batata y, luego, a participar de las fiestas patronales de la Virgen del Rosario, en la comuna de Santa Cruz y La Tuna. Allí se quedó hasta las 2,30 de ayer, con el intendente Marcelo Herrera -cercano al manzurismo- y con delegados comunales de la zona.

Manual peronista

En el peronismo todo tiende a acomodarse. La enciclopedia popular ha definido de distintas maneras las conductas de los militantes justicialistas. Algunos dicen que son como los tiburones, que ven sangre e inmediatamente atacan. Otros apelan al manual peronista por aquello de que mientras más se pelean, más se reproducen. Y también están aquellos que señalan que el verticalismo impide seguir a otro líder que no sea el natural. Sabiendo de esto, Jaldo va a ver a Manzur con la idea de recrear una convivencia más armónica y menos belicosa dentro del Frente de Todos, de cara a las elecciones. “Todos los desbarajustes que hay no son atribuibles a Juan; no son culpa de él, porque lo llamaron para una causa mayor, para ayudar al presidente Alberto Fernández a encarrilar la gestión y modificar el resultado de las próximas elecciones”, ha señalado el tranqueño en varias reuniones con sus dirigentes. Por esa razón, y no otra, Jaldo cree que la que se viene, en Casa Rosada, será “la reunión del reencuentro” con su compañero de fórmula.

Jaldo intenta bajarle el tono a la cumbre. Señala que será de pleno trabajo institucional y de definiciones políticas y electorales. No es un dato menor que todos los ministros del gabinete hayan querido estar presentes en la reunión de la Rosada. El vicegobernador a cargo del PE necesita reglas de juegos claras y las debe acordar con Manzur, que aún está tratando de organizarse dentro del nuevo contexto del puesto, en el que adquirió un protagonismo que eclipsó hasta al propio Presidente, en base a anuncios y reuniones con cúpulas empresariales y sindicales y con los barones del conurbano bonaerense, entre otros.

El médico sanitarista se siente cómodo en su nuevo lugar de trabajo. Lo buscó y concretó su aspiración política, pero no de la manera que se lo había propuesto. Es probable que se quede en la Jefatura de Gabinete de la Nación si el resultado electoral de noviembre le sonríe o si las circunstancias del país así lo requieren. Muchos de sus allegados creen que ese será su destino hasta 2023. Jaldo sabe de esto. Públicamente dice que no hará planteos algunos al gobernador en uso de licencia y que sólo coordinará la concreción de las obras prometidas, inauguración de más viviendas y algunos reajustes internos en la gestión provincial. En privado, sin embargo, el tranqueño quiere saber qué margen de maniobra tendrá a partir de ahora y en caso de que Manzur no vuelva al cargo en el corto y en el mediano plazo.

La gestión ya identifica a Jaldo como la cabeza institucional de un poder prestado. “Osvaldo está poniendo el cuero frente a demandas sociales muy fuertes como el de la inseguridad que se ha potenciado con la fuga del femicida del Cuerpo de Bomberos”, confiesa a LA GACETA uno de sus más inmediatos colaboradores. “No quiere que los problemas sigan estallándole en la cara y que la oposición cabalgue sobre esas cuestiones”, completa la fuente consultada.

Jaldo sabe que, tras seis meses de desencuentros, el proceso de reconstrucción de la relación con su compañero de fórmula ha encontrado una senda. “No quiero volver a romper relaciones; por eso, pondré todo a consulta de Juan y que él diga cuáles han sido los lineamientos que ha fijado en la provincia antes de su designación nacional”, sostiene el titular natural de la Cámara.

De spots y apariciones

La campaña electoral está cerca. El oficialismo comenzó a grabar los spots de sus candidatos. La ministra de Salud Rossana Chahla, cabeza de lista de diputados por el Frente de Todos, ha elegido su ámbito natural de trabajo para exponer su imagen: el Hospital de Día Néstor Kirchner. Agustín “Tin” Fernández, segundo en la nómina, intentará enviar un mensaje de conciliación, en el que el PJ, después de la interna, está buscando la unidad. Será la pata jaldista de la lista oficialista. Pablo Yedlin y Sandra Mendoza, cabezas de lista de senadores, buscarán captar a la sociedad con la tarea parlamentaria realizada hasta ahora, en el primer caso, y al trabajo social que se desarrolló en los últimos años, para el caso de la actual legisladora.

Pese a que la publicidad oficial ya lo muestra como gobernador, Jaldo no tiene previsto participar de los videos. No estará en la boleta del oficialismo y preguntará a Manzur si su imagen seguirá en la de los postulantes a la Cámara Alta. En cambio, Jaldo ha prometido más trabajo territorial para fidelizar el voto de aquellos que apostaron a Todos por Tucumán en la interna y que no comulgan con el manzurismo. El vice puntualiza que la oposición corre por detrás del oficialismo. Y, frente a esas circunstancias, necesita imperiosamente saber hasta dónde puede tomar medidas de fondo que impliquen un cambio de cara a una gestión que este mes cumplirá seis de los ocho años de mandato previsto. En Casa Rosada le dirán la respuesta.

Fuente: La Gaceta

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