Pese a que el vicegobernador Osvaldo Jaldo volvió a sus funciones con un tono discursivo conciliador luego de recuperarse del Covid 19, parece que también volvió decidido a limpiar la Honorable Legislatura de Tucumán de los dirigentes peronistas cuyos referentes no formen parte del bloque mayoritario de legisladores.

Según fuentes legislativas, los telegramas de despido que se emitieron desde la Cámara parlamentaria superarían los 3000, y los afectados serían exclusivamente dirigentes justicialistas vinculados a los legisladores que ahora conforman el bloque Lealtad Peronista o cercanos a intendentes  que son considerados adversarios territoriales por los parlamentarios que hoy se encuadran en el bloque jaldista .

El número, que resulta contundente y que sobrecargó de trabajo al personal del Correo encargado de entregar las notificaciones, ha generado sorpresa entre quienes siguen de cerca el acontecer político. Sobre todo entre los que se muestran interesados por tratar de conocer información certera sobre la cantidad de personas que se emplea en el Poder Legislativo, algo por lo que viene bregando  desde hace años el constitucionalista Luis Iriarte.

«No me han dejado ni mi secretaria. Esto es una locura, no se pueden meter con el pan de la gente «, señaló con evidente malestar, uno de los parlamentarios del bloque Lealtad Peronista. La situación ha generado un malestar generalizado en la dirigencia peronista que hoy en plena pandemia ha quedado «sin contención» y entre quienes consideran que esta situación era algo evitable. Por lo pronto, mientras la foto y la posible reconciliación entre  el gobernador Juan Manzur y su vice Osvaldo Jaldo, parece lejana, cabe preguntarse si este es el  comienzo o el final de la sangría.

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