Los números no cierran. La baja en los volúmenes de ventas encendió una luz de alerta en Scania en Tucumán. Los directivos de la planta, ubicada en Colombres, comenzaron a analizar posibles soluciones para enfrentar la crisis. En ese marco se resolvió cerrar la planta durante un día por semana. La decisión implica que los obreros y empleados no asistirán a la empresa, una vez por semana. Además se resolvió adelantar el período vacacional del personal para Diciembre.
El gerente de la empresa, Marcos Roldán, confirmó a LA GACETA la decisión empresarial. Además dijo que están conversaciones con la dirigencia del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA). “Todavía falta definir cuál será el día que se suspenderá la actividad en la empresa”, dijo Roldán.
Según trascendió, de las 12 terminales que hay en el país, hay seis que tienen suspensiones y adelantamiento de vacaciones. Estas medidas se adoptaron para tratar de bajar los costos y así poder “capear el temporal”.
En Scania Tucumán hay 430 empleados (operarios afiliados a Smata) y otros 50 empleados son tercerizados. “Esta situación surgió debido a los acontecimientos a nivel mundial. La baja en los volúmenes en Europa, por la relación entre China y Estados Unidos, sumado al Brexit, ha generado a nivel internacional un impacto en los mercados y eso se traduce a Brasil y a Latinoamérica con una retracción del mercado”, explicó Roldán.
Los directivos de Scania Tucumán comenzaron el diálogo con la dirigencia de Smata. El acuerdo establecerá que el día en que la fábrica esté cerrada se pagará un 75% no remunerativo a los empleados.
Además, trascendió que esta medida de “cerrar un día a la semana” se mantendría hasta marzo de 2020.
La empresa de origen sueco lleva 43 años de producción en su fábrica de Tucumán.
Despidos en el transporte
Esta decisión de Smata se suma al rubro del transporte público de pasajeros, donde ya hubo despidos y suspensiones. El sindicato de los trabajadores de colectivos informó que hubo más de 100 despidos. Los empresarios se justifican en la crisis económica y en la necesidad de reducir costos.
“El sector no está en crisis, está al borde de la quiebra”, había justificado Jorge Berretta, vicepresidente de Aetat.
