Por Martín Faciano

Mientras las fuerzas políticas y los candidatos que disputarán los comicios provinciales el próximo #9J, transitan la recta final de la campaña, se difunden los resultados de algunas encuestas que advierten sobre un posible empate técnico en lo que respecta a la disputa por las intendencias  de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena.

En ese sentido, los resultados que arrojaron las últimas investigaciones de opinión, indican que tanto Mario Leito como Bernardo Racedo Aragón, pelean cabeza a cabeza y con posibilidades concretas de arrebatarles la conducción municipal de la capital tucumana y  la ciudad jardín, a los actuales jefes municipales de ambas intendencias,  Germán Alfaro y Mariano Campero.

Tanto en las encuestas encargadas a diferentes consultoras, ya sean solicitadas por el oficialismo o la oposición provincial, y más allá de las variaciones porcentuales, hay algunos patrones que se repiten. Como que por ejemplo, cuando se miden las figuras en términos personales, tanto la imagen positiva como la intención de voto de Campero y Alfaro, están entre 9 y 18 puntos porcentuales por encima de las mediciones que alcanzan Leito y Racedo Aragón.

Sin embargo, el dato sensible es que las diferencias se reducen sustancialmente cuando lo que se mide es la » fórmula ampliada», es decir cuando se miden de manera conjunta las categorías gobernador e intendente. Es acá cuando aparecen las preocupaciones en el entorno de los jefes municipales  que buscarán la reelección por el frente «Vamos Tucumán».

La explicación lógica, y que a regañadientes dan desde las esferas municipales, es que la candidata a gobernadora del espacio, Silvia Elías de Pérez, mide muy poco y termina restándole a los jefes municipales. Quien saldría ileso de esta situación y prácticamente tendría asegurada la reelección ( aseguran desde la coalición macrista) es el intendente de Concepción, Roberto Sánchez.

No obstante, el temor en los municipios amarillos se ha generalizado. Es que el caso de las intendencias capitalinas que perdió el macrismo en las capitales de Córdoba y La Pampa, en las recientes elecciones celebradas en aquellas provincias, han generado pánico en los bastiones cambiemistas que se aterrorizan ante un posible efecto dominó en los comicios venideros

La nacionalización de las elecciones provinciales, como patrón de conducta electoral entre  los votantes de los grandes centros urbanos provinciales pareciera expresarse en términos de votos Pro – Macri o Anti – Macri . Hasta ahora, la tendencia no les viene favoreciendo a las coaliciones macristas provincianas, lo que a su vez es interpretado por muchos analistas como el posible final del romance entre un importante sector de la clase media y el proyecto macrista.

En Tucumán, el próximo 9 de Junio ¿Se hará irreversible esa tendencia?.

 

 

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