El gobierno de Axel Kicillof vuelve a la carga con su plan de aplicar un cierre «muy fuerte» durante 15 días para tratar de frenar la ola de contagios de coronavirus, una idea que ya fue planteada semanas atrás pero chocó con la resistencia de la Ciudad de Buenos Aires.

A principios de abril, el gobernador bonaerense ya había planteado su idea de un cierre fuerte por un período determinado para cortar la cadena de contagios, pero finalmente Alberto Fernández se inclinó por medidas más laxas en línea con lo que pedía Horacio Rodríguez Larreta. Pero pocos días después tuvo que endurecer las restricciones.

Con la situación muy crítica en todo el sistema sanitario, especialmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires, desde la Provincia salieron a pedir nuevamente una cuarentena dura para tratar de bajar una curva de contagios que parece amesetada pero con una cantidad de casos altísima.

«Desde el punto de vista sanitario y epidemiológico, que debe ser el que prime ahora sobre la dimensión política, social y económica, necesitamos una medida drástica de 15 días por lo menos. Necesitamos un cierre de circulación de las personas muy fuerte y por ende de circulación del virus», afirmó el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan.

«Si no se toman decisiones firmes y no avanzamos con la vacunación, la imagen de saturación va a ser completa. Esto que está pasando acá, empieza a pasar en muchas ciudades del interior del país. La situación es gravísima, con un punto de saturación muy fuerte. Lo que sucede en el AMBA repercute en todo el país», agregó Gollan en una entrevista con Canal 13.

La idea de un cierre fuerte tomó más impulso en el gobierno bonaerense ante la saturación del sistema de salud del área metropolitana y ciudades muy importantes de la provincia como La Plata y Bahía Blanca. En muchas localidades del interior de la provincia, la atención está al límite.

Los dichos de Gollan se dan en el inicio de la semana donde se definirá cómo siguen las medidas de prevención para la semana que viene, cuando vencen las restricciones anunciadas por Alberto Fernández que incluyen el cierre desde las 20 horas y la discutida suspensión de las clases presenciales.

El viernes pasado, el presidente se reunió de urgencia con Kicillof con el regreso a Fase 1 como el comentario en todo el gobierno. Extraoficialmente trascendió que la charla estuvo centrada en la necesidad de ampliar el número de camas en el Conurbano.

Mientras tanto, en la Ciudad de Buenos Aires empiezan a admitir la necesidad de más restricciones ante la altísima ocupación de camas de terapia intensiva en el sistema público y, todavía peor, en el privado. No obstante, cerca de Larreta dicen que no está en discusión la posibilidad de suspender las clases presenciales.

Fuente: La Política Online

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