En la noche del pasado domingo, dos agricultores, Oscar Martín Moreno y su hijo, Oscar Orlando, fueron ultimados en un confuso episodio del que participaron efectivos policiales, quienes están acusados de los asesinatos.
Los agentes fueron aprehendidos tras el episodio y el fiscal del caso, Jorge Echayde, pidió prisión preventiva para todos ellos, solicitud que fue rechazada por el juez de instrucción Mario Velázquez.
El magistrado determinó que tan sólo el comisario Dardo Romano debía permanecer detenido hasta que se resuelva su situación procesal, mientras que liberó al resto.
El fiscal les había imputado a cuatro de ellos el delito de homicidio y a los restantes, apremios ilegales. Su sospecha es que se trató de un caso de “gatillo fácil”.
Paul Hofer, secretario de Seguridad, no ocultó su preocupación por el hecho. “Queremos saber la verdad. Tenemos a tres policías heridos, uno internado… tiene el rostro destruido con secuelas importantes”, señaló en declaraciones que refleja el diario Clarín.
El episodio aún no fue esclarecido y existen dos versiones contrapuestas.
La versión de la policía
Según las autoridades policiales, el hecho se registró en un tiroteo luego de una persecución de varios kilómetros. Los agricultores se negaron a presentar los papeles de su Volkswagen Vento en un control rutinario en la ruta y que huyeron hasta que chocaron contra un patrullero. Luego, siempre de acuerdo a la historia oficial, escaparon a pie, se reunieron con otra gente, volvieron y se tirotearon con los policías hasta caer muertos.
La versión de los familiares
El relato de la familia de las víctimas es diferente. Según sus palabras, no hubo persecución, ni enfrentamiento, porque ninguno de ellos iba armado. Los policías fueron directamente a una canchita donde estaban viendo un partido de fútbol para exigirles una coima que no quisieron pagar. El pedido, supuestamente, se basaba en que el Vento no tiene la transferencia hecha y que, por lo tanto, no tiene los papeles en orden.
