Luego de un proceso judicial de casi una década y de haber estado a pocos días del “remate” de su sede central, la Unión Cívica Radical (UCR) de Tucumán quedó a un paso de saldar los compromisos asumidos con el demandante y, así, de evitar la pérdida de la vieja casona de Catamarca 851.

El interventor del centenario partido, José “Lucho” Argañaraz, indicó que ya fueron cubiertas “las dos terceras partes” de lo acordado con los abogados de Roberto Antonio Ledesma, un ex empleado administrativo de la UCR que se consideró despedido en 2012, tras unos 13 años prestando servicios en la sede radical. Argañaraz remarcó, en diálogo con LA GACETA, el aporte de los afiliados y de los dirigentes en general -con y sin cargo público-, gracias a lo cual ya fueron desembolsados unos $2 millones, de los cerca de $3 millones a afrontar por la UCR para evitar el remate.

“Nos quedan los últimos pagos, pero el grueso (del compromiso) ya fue abonado”, confirmó el -además- concejal de la Capital. Ahora, admitió, el desafío es terminar de regularizar la situación financiera y administrativa de la UCR de Tucumán para convocar a las internas y, luego de más de un año de conflictos y de elecciones frustradas, devolver la vida institucional del radicalismo a sus carriles normales.

El conflicto y la resolución

El conflicto laboral se desató a fines de 2012, cuando Ledesma -empleado de la UCR desde 1999- se consideró despedido. Según dijo, la entonces “nueva Junta de Gobierno, presidida por José Cano y con Jorge Atilio Mendía como tesorero”, lo había dejado cesante en sus funciones. Ledesma argumentó que estaba en “negro”. Cuando insistió con un pedido para que se regularizara su situación, señaló en el proceso, se le disminuyó su haber en un 50% (dijo que percibía $4.000), manteniendo “idénticas cargas y tareas”. Según el afiliado, hubo un cruce de telegramas y cartas documento antes de la demanda. Finalmente, al no obtener las respuestas esperadas, concurrió a la Justicia para demostrar que había trabajado en la sede, de lunes a viernes, en turnos mañana y tarde, encargándose de cuestiones administrativas de la sede.

En el último mes, las autoridades provisorias de la UCR local lograron superar las consecuencias más graves del litigio.

El demandante, representado por la abogada Claudia Karina Mazza Marcos, se presentó a la audiencia del 12 de noviembre, convocada por el Juzgado del Trabajo N° 5 de la Capital. Asistieron también el interventor Argañaraz y el letrado de la UCR, Guillermo Ángel Gordillo Aráoz; y el martillero público Francisco Javier Robledo. Allí, las partes manifestaron haber arribado a un acuerdo en el marco del juicio laboral, con respecto a la sentencia definitiva del 30 de mayo de 2017, dictada por la Sala II de la Cámara de Apelaciones. Según el informe oficial, se convino que Ledesma recibiera $2,1 millones en efectivo (con un primer pago, de $1,4 millón, en ese acto; el segundo, de $600.000, efectuado ayer; y el tercero, por $100.000, a concretarse el 15 de marzo). Por otro lado, los honorarios de Mazza Marcos ascendieron a $660.000 (incluyendo los aportes de ley), y tendrán que ser saldados en tres cuotas, entre marzo y mayo de 2020 (agregando los intereses correspondientes a esa fecha). Por último, los honorarios de Robledo sumaron $30.000.

Así, con todo acordado, la Justicia dispuso la suspensión del “remate dispuesto para el 6 de diciembre (pasado), a las 10, sobre el inmueble de Catamarca 851. “Es increíble la cantidad de gente que hizo su aporte, granito a granito, para sacar esto adelante”, aseveró Argañaraz.

En 2020, agregó el concejal, el centenario partido debería ser regularizado, luego de al menos dos internas frustradas. “Hay que hablar con todos los sectores internos y acordar una fecha”, indicó. Sostuvo que no está interesado en postularse a la presidencia, y que su objetivo como dirigente es “dejar el partido saneado” en sus cuentas. “Es importante mostrar que podemos ser opción de gobierno. Tenemos que ser la columna vertebral de un frente que dispute el poder en la provincia”, arengó Argañaraz. Por lo pronto, podrán mantener las reuniones en la vieja casona del partido radical.

Fuente: La Gaceta

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