Varias acusaciones cruzadas entre el intendente de Las Talitas, Carlos Najar, y su ex pareja, Ingrid Saravia, llegaron a la Justicia hace algunos meses y salieron a la luz ahora.

Saravia habló con LA GACETA y mencionó agresiones verbales y también de agresiones físicas. De acuerdo con su relato, el último hecho sucedió a fines de marzo de este año cuando ambos contrajeron covid-19 y él fue internado. «El 23 de marzo le dieron el alta y volvió a casa. Un día después discutimos. Cansada de tanto insulto, me animé a decirle que lo iba a dejar», recordó. La mujer dijo que en ese momento Najar la golpeó y la tomó del cuello, asfixiándola. Agregó que luego la dejó tirada en una galería, afuera de la casa, y cerró todas las puertas con llave, quedándose adentro con la hija de dos años que tienen en común.

En diálogo con este diario, Saravia aseguró que días después hizo la denuncia por violencia de género. Najar, sin embargo, sostuvo que la denuncia de la mujer fue realizada recién en mayo, «40 días después».

Tras asegurar que «nunca la toqué», el intendente talitense contó que había tomado la decisión de separarse «por diferencias personales» y ese día dejó la casa, donde aún viven la mujer y la niña, y se mudó a un departamento.

«Yo inicié la mediación por el régimen de asistencia de mi hija, tengo dos mediaciones: una el 4 y otra el 17 de mayo, que se cerraron sin acuerdo. En el medio, mi ex pareja me denunció penalmente. Me puse a disposición de la Justicia al momento, el 31 de mayo. Es una locura lo que está pasando, yo soy el que lleva la parte de familia a tribunales, no entiendo por qué tanta saña», afirmó Najar.

Según el intendente, los días previos a la mediación recibió mensajes en su celular con contenido extorsivo. «Empecé a recibir extorsiones el 7 de mayo de parte de una mujer, la denuncia está hecha el 26 de mayo, todo está en la causa. Esta persona me decía que mi ex le pasaba información, que iba a ir a los medios nacionales y a las redes sociales, además que iba a concertar una entrevista con un político de alto cargo en la provincia para vender esta información. Nunca le respondí», dijo.

Najar insistió en «nunca la toqué, jamás, ni siquiera puedo ni escuchar lo que dijo en esa entrevista. Lo lo que busca es hacerme daño, no puedo entender tanto odio, tanta bronca, si yo no tuviese este cargo esto no estaría pasando. Pero sigo creyendo en la Justicia y soy un luchador por los derechos de la mujer».

Saravia, mientras tanto, advirtió que tiene miedo. «Estoy amenazada con que me voy a quedar sin trabajo, porque soy empleada del municipio. Estoy en la casa donde convivíamos y tengo miedo de que me desalojen. Hice la denuncia en la Justicia, pero no tuve respuestas y ahí recurrí a los medios», afirmó.

«Lo que estoy haciendo no es político -aseguró Saravia-, no estoy buscando beneficios más que la justicia me solucione los alimentos para mi hija, vivienda, la desprotección que tengo y el desamparo laboral; hoy estoy totalmente desamparada, no tengo respuesta de nadie, todos se lavaron las manos, desde la Justicia para abajo, necesitaba que alguien me defienda, necesitaba protección y nadie me la dio».

Fuente: La Gaceta

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