Manzur oflador amaya

Por Martín Faciano

En el marco de las «tormentas» internas que atraviesa Cambiemos para el Bicentenario, los rumores que señalan la inminente  salida de la coalición macrista, por parte del Subsecretario de Interior de la Nación Domingo Amaya, han dividido las  opiniones en la alianza provincial macrista.

Mientras los más fieles al PRO creen que el ex intendente capitalino permanecerá en el espacio apostando a pelear para ocupar un lugar en la fórmula gubernamental, los  más desconfiados aseguran que el acuerdo entre Amaya y la cúpula del oficialismo provincial es un hecho informal que se blanqueará en cualquier momento.

“La rosca esta viene leudando hace tiempo”, explica un dirigente justicialista retirado devenido en  analista de café. «No había pasado ni un año del nuevo gobierno y el Colorado ya recorría el interior con dirigentes del justicialismo provincial», rememora el ex militante que hace gala de mantener intacto su olfato político.

Pero en las últimas semanas, de la mano de la agenda mediática, los corre, ve y dile, han terminado por llevar la hipótesis de la salida de Domingo Amaya de Cambiemos a lo que  aparenta ser algo más concreto. En ese sentido los últimos trascendidos indican que el ex gerente hotelero habría acordado  con el binomio gubernamental local su retorno al oficialismo provincial, acercando consigo a los legisladores provinciales de su espacio, para participar en las elecciones venideras desde el Frente Justicialista por Tucumán.

Lo novedoso de esta negociación política (que no sorprende a nadie) es que para el ex intendente capitalino su acercamiento al oficialismo provincial ya no sería su Plan B, sino el Plan A. Y para que esto fuera así, la dupla Manzur Jaldo aceptaría que Amaya salga como candidato del FJpT, para intentar destronar del sillón municipal a su sucesor: Germán Alfaro.

Bajo esta perspectiva, que los conspiranoicos señalan como una negociación consumada, podrían entenderse las acciones  distritales realizadas por Domingo Amaya en los últimos dos meses, y difundidas en sus redes sociales: Entre Junio y lo que va de Julio, el Subsecretario de Interior de la Nación, Domingo Amaya visitó 14 barrios distintos de San Miguel de Tucumán y fue 2 veces a Tafí Viejo y a Simoca, teniendo además un paso fugaz por Concepción, Aguilares y Lules. Pese a ostentar un cargo a nivel nacional, el funcionario no deja de explicitar que su proyección política se reduce a lo comarcano.

Pero el acuerdo parece ser beneficioso para todas las  partes. Por un lado, en Cambiemos habría más candidaturas para repartir, y en ese sentido el más favorecido sería el actual jefe municipal, quien quedaría con la representación exclusiva de la pata peronista en la coalición macrista. Por otra parte, en el oficialismo provincial, el Frente Justicialista por Tucumán se consolidaría sumando votos a su espacio y restando a la oposición, quedando la pelea por la intendencia en un empate técnico. Además el vicegobernador Osvaldo Jaldo sumaría dos parlamentarios  más a su conducción en la Legislatura y el gobernador Juan Manzur se evitaría dejar un tendal de heridos propios al ungir un candidato de su espacio para intentar no ser derrotado en la sección que representa el principal bastión electoral de la oposición.

Mientras tanto, Amaya se fortalecerá  en su doble juego. Sabiendo que la debilidad que experimenta Cambiemos a nivel nacional le imposibilita al macrismo darse el lujo de prescindir de cualquier dirigente,   al saber que no será desplazado de su cargo, Amaya tiene la tranquilidad para seguir muñequeando, continuar de gira por la provincia y el municipio, y coqueteando a dos puntas. Por ahora habrá que esperar, y si es que Amaya ya jugó, esperar también el vuelto.

 

 

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