Domingo Amaya, secretario de Vivienda y Hábitat de la Nación, podría ser el primer candidato consolidado de Cambiemos en Tucumán para participar de las próximas elecciones legislativas, en octubre.
Una alta fuente del entorno del exintendente capitalino aseguró a el tucumano que estaría decidido a presentarse como candidato para diputado nacional. Su decisión le costará el puesto nacional que ostenta en la actualidad, dejando su futuro a merced del voto popular.
La campaña «camuflada» comenzó este último domingo con una nota central en el matutino local La Gaceta, en donde ensayó un duro análisis del presente de la provincia y realizó propuestas entre líneas.
Entre los ejes prematuros de su campaña se pueden distinguir el fortalecimiento de las instituciones, la falta de inversiones, la obra pública y el sistema electoral. Además se mostró en desacuerdo por el monto del presupuesto provincial en comparación con otras provincias.
Amaya remarcó que se están realizando 3.900 viviendas con fondos nacionales de su cartera y que se están firmando convenios por más de $1.000 millones. También recordó que este año se licitará Potrero del Clavillo, una obra relegada durante años en la provincia.
«Tucumán tiene un presupuesto de casi $ 55.000 millones pero la desocupación es muy alta, la pobreza igual y faltan obras e inversiones», aventuró consultado por la gestión de Juan Manzur hasta ahora. Según Amaya, hay que «replantearse la política» para que Tucumán salga adelante.
El posible candidato continuó su arremetida contra el gobernador tucumano dando una apreciación de lo que ─para él─ ocurre en la provincia desde la asunción de la nueva administración. «Veo un Tucumán que no crece, una provincia estancada y en la que ha crecido la pobreza pero no el desarrollo. No veo que haya planes estratégicos», enfatizó.
En los mismos términos se refirió al sistema electoral tucumano, que se rige por los acoples. Tanto Amaya como su espacio político utilizaron la cuestionada herramienta en las últimas elecciones, aunque la suerte les fue esquiva. Sin embargo, y contrario a lo muchos supondrían, no se mostró del todo en desacuerdo con la maniobra, ni tampoco con las candidaturas testimoniales.
«Si no se los puede eliminar para evitar modificar la Constitución provincial, que se los reduzca», contestó sobre la eliminación de los acoples. En cuanto a las candidaturas testimoniales, fue un tanto más abierto: «Si la ley lo permite, se lo puede hacer o no».
Estas últimas declaraciones dejan la puerta abierta para la inminente candidatura de Domingo Amaya para ocupar uno de las cuatro bancas que se encuentran en juego en la Cámara de Diputados de la Nación, aunque la oficialización esté programada recién para julio.
La candidatura encriptada de Amaya agita las aguas del canismo, que ahora debe decidir bajo presión ante un avance inesperado de quien fuera su compañero de fórmula en 2015, que de hacerse de una banca en octubre podría posicionarse como nuevo líder de la oposición tucumana.
