En el oficialismo hay máxima tensión por la definición de cómo seguirá la cuarentena la semana próxima. Alberto Fernández resiste la presión del kirchnerismo para imponer un cierre total por 15 días y se inclina por un cambio mínimo en el esquema actual, con algunas nuevas restricciones y más controles.

En la Casa Rosada hicieron trascender que las medidas serán las mismas que están vigentes, agregando algunas prohibiciones sobre actividades recreativas y deportivas. Se mantiene la discusión por las clases presenciales y hay una idea de adelantar la hora de restricciones nocturnas de las 20 a las 18. Lo que ya se dijo oficialmente es que habrá un endurecimiento de los controles.

No obstante, la discusión no está cerrada ni mucho menos. Más allá de lo que hace trascender la Rosada, en el gobierno de Axel Kicillof y en la cúpula del kirchnerismo duro sostienen la idea de ir a un cierre muy duro por 15 días para bajar la curva de contagios de manera drástica y darle aire al sistema de salud.

En el kirchnerismo dicen que las actuales restricciones son light y alcanzaron para frenar el crecimiento de casos pero no para bajarlos, que es lo que se necesita. En eso coinciden todos los ministros de Salud, incluido Fernán Quirós: la meseta es muy alta y no hay sistema que resista esa cantidad de contagios diarios. «Si seguimos en esta meseta es un desastre», dijo ayer Kicillof.

Es por eso que creen que hay que ir a un cierre muy fuerte de todas las actividades, incluido el comercio no esencial. Aunque nadie quiere hablar de una Fase 1 como en marzo de 2020, lo sería con algunas pequeñas concesiones como que se permita las salidas a los espacios públicos.

En el kirchnerismo muestran datos de las últimas dos semanas para mostrar que las restricciones sirven y justificar la idea de un cierre mayor para bajar los casos y no solamente enlentecer el crecimiento. En ese sentido dicen que comparado entre ayer y el miércoles de la semana pasada en la Provincia hubo 1800 casos menos. En la Ciudad, en cambio, ayer hubo 500 casos más que la semana anterior.

El viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, explicó que el sistema necesita «bajar mucho la cantidad de casos, a niveles más bajos de lo que empezó esta ola». En ese sentido, detalló que la provincia tiene un promedio de 11 mil casos diarios y habría que bajarlo «a menos de 3 mil». «Cuando hay condiciones de aumento, no es lo mismo partir de 300 casos que de 3 mil. Si no bajamos la base de casos nos puede agarrar el invierno con otra ola mucho más potente», alertó.

Por lo bajo en el kirchnerismo también cuestionan la estrategia del Gobierno de anunciar controles más duros cuando no se sabe cuáles son las medidas. Dicen que eso es inconsistente y no hace más que llevar confusión. Y más confuso si no se cierran actividades porque se estarían dejando a la gente sin poder trabajar en sectores habilitados.

Algo de eso sostuvo el propio Kreplak. «El mensaje tiene que ser claro y único, y que lo transmitamos todos, oficialismo y oposición. Si no, las medidas se pierden. Si tomamos medidas mal tomadas, la eficacia será menor», enfatizó el viceministro.

La comunicación de Alberto ya viene cuestionada desde hace tiempo. El mensaje grabado con el que anunció las últimas restricciones y un reportaje posterior lo obligaron a realizar un taller sobre discapacidad y a pedirle perdón a los médicos por sugerir que se habían relajado.

Un aspecto importante en la idea de un cierre duro es la parte económica, ya que está claro que no se puede imponer una cuarentena sin sostener a los sectores perjudicados. Martín Guzmán dice que la economía no resiste otra Fase 1 y las restricciones fiscales parecen complicar cualquier desembolso.

En el kirchnerismo entienden que el cierre duro tiene que ir acompañado del restablecimiento del IFE y los ATP y proponen que el gasto sea compartido con las provincias y los municipios, ya sea a través de desembolsos directos o exenciones impositivas, por ejemplo. El caso que se menciona recurrentemente es el de Horacio Rodríguez Larreta, que dicen en el peronismo no puso un peso para ayudar a los sectores afectados.

Fuente: LPO

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