Mauricio Macri intervino directamente en la negociación de las candidaturas en Tucumán y no pudo impedir la ruptura de Juntos por el Cambio por el rechazo del radical Roberto Sánchez a permitir la candidatura del peronista Germán Alfaro.

Como anticipó LPO, el PRO y la UCR no habían llegado a un acuerdo a horas del cierre del plazo para la inscripción de los frentes. Por eso el ex presidente llamó directamente a Sánchez para pedirle que se baje y deje que el candidato sea el actual intendente de la capital tucumana, que tiene el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.

Para intentar evitar la ruptura del frente, Alfaro y Sánchez se reunieron este lunes a las 15.30 en el hotel Hilton, como anticipó en exclusiva LPO. De la cumbre participaron el radical José Cano y tres representantes del PRO: Marcelo Wechsler y Eduardo Machiavelli por Larreta y Pablo Walter, el interventor del partido en Tucumán, por Bullrich.

La reunión tuvo un clima de tensión inusual y terminó mal. Alfaro propuso definir el candidato a gobernador por encuestas, pero Sánchez se negó. El intendente de San Miguel reprochó a los radicales por haber inscripto el frente en la provincia sin incluir su partido: «eso es romper la confianza, yo nunca lo hubiera hecho», le reprochó. Sánchez permaneció callado.

Sánchez, ex intendente de Concepción, dijo que si él aceptaba bajarse e ir como candidato a vicegobernador, Alfaro tenía que cederle la candidatura a intendente de la capital provincial, que quedaría para el ex diputado José Cano. «¿Y por qué yo tengo que entregar la intendencia y vos no me dejás poner el candidato en Concepción o en Yerba Buena (el otro municipio importante que gobiernan los radicales»?», lo cruzó Alfaro y Sánchez volvió a hacer silencio.

La discusión se trabó porque en efecto Cano quiere ser el candidato en San Miguel, pero con la boleta de Alfaro gobernador, porque sabe que si van divididos no tienen chances de retener la capital, pero Alfaro no está dispuesto a ceder la candidatura de su distrito.

«Hagamos encuesta para gobernador y candidatos a intendente», propuso entonces Alfaro para evitar que naufragara la reunión. Pero Sánchez dijo que no y el candidato de Larreta y Bullrich se paró y se fue. La ruptura ya era un hecho.

En medio del encuentro, Cano reveló el diálogo de Macri con Sánchez que luego desmintió a una radio local. Macri, que considera que ayudó mucho a Sánchez desde la Rosada cuando el radical era intendente, llamó al diputado desde Europa y le dijo que se tenía que bajar.

«Tucumán es Tucumán, y no estamos para una aventura», le dijo el ex presidente a Sánchez y agregó «pónganse de acuerdo». El mensaje era obvio. Pero Sánchez resistió. «No puedo, nosotros queremos poner el candidato a intendente de la capital», le respondió Sánchez. Macri le dijo que el candidato de San Miguel lo iba a poner él y Sánchez le contestó que no podía aceptar eso porque tenía compromisos con Cano y Silvia Elías de Pérez.

«Lamento mucho que me digas eso», dijo Macri y cortó, sabiendo que Sánchez no le era sincero: Cano quiere ir con Alfaro y Elias de Pérez va a ser candidata a legisladora provincial en cualquier escenario. Ahora el PRO quiere plantar candidatos en todos los municipios gobernados por la UCR. Al terminar la comunicación, Macri transmitió a los suyos el malestar que le había generado la negativa del diputado tucumano: «No sabía que Roberto Sánchez estaba tan pelotudo», habría expresado el expresidente a sus colaboradores cercanos en ese momento.

El escenario se tornó sombrío para Juntos y no sólo en Tucumán: en las reuniones en Capital, Alfaro le dijo a Larreta y compañía que tengan cuidado, porque si acumulan estas frustraciones en las provincias el peronismo les puede dar una sorpresa en octubre, a nivel nacional.

En tanto que los radicales también salieron heridos: Cano no sólo se fue sin su candidatura sino que su plan B, que es ser funcionario nacional de un hipotético presidente salido del PRO, quedó en el abismo. Mariano Campero, el principal aliado de Sánchez, ahora tendrá serios riesgos de perder el control de Yerba Buena contra el candidato del PRO, Mariano Malmierca.

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